Las personas expuestas corren el mayor riesgo sanitaro por el incendio
Las personas expuestas corren el mayor riesgo sanitaro por el incendio - EFE

Incendio en SeseñaLa combustión de neumáticos genera micropartículas cancerígenas para el ser humano

Ecologistas en Acción y Greenpeace alertan de que el incendio en el «cementerio» de Seseña puede tener graves consecuencias para la salud pública y el medio ambiente y critican la pasividad de las instituciones involucradas

La dirección de las rachas de viento podría transportar estas partículas microscópicas, que se introducen directamente en los pulmones, hasta núcleos poblacionales como Madrid, Toledo o Ciudad Real

-Madrid Actualizado: Guardar
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«No somos conscientes del riesgo, ni siquiera lo han sido las administraciones, que han actuado de una forma insconsciente», critica Julio Barea, responsable de Campaña de Greeenpeace España, quien alerta de que el incendio en el cementerio de neumáticos de Seseña (Toledo) tendrá graves consecuencias para la salud pública y también para el medio ambiente.

El ecologista señala que los neumáticos están compuestos por «numerosas sustancias químicas cancerígenas» que, en caso de incendios como este, pasan al aire en forma de micropartículas que se transportan por el aire y que, como consecuencia de su tamaño microscópico, «se introducen directamente en los pulmones».

«Las micropartículas se introducen directamente en los pulmones»

Más en concreto se trata, como enumera María Ángeles Nieto, portavoz de Ecologistas en Acción, de «partículas PN10, hidrocarburos aromáticos policiclicos, benceno, benzopireno, dioxinas, furanos y metales pesados» que se encuentran presentes en todos y cada uno de los «5 millones de neumáticos» y que se traducen en «entre 40.000 y 60.000 toneladas de neumáticos», como indica Nieto.

Efectos a largo plazo

Los principales afectados, como sugieren ambos expertos, serían aquellos que se encuentren más cerca de las llamas. «Los propios bomberos van a ser el primer colectivo afectado», manifiesta Nieto, a quien completa Barea: «Las micropartículas van con el humo y pueden caer donde las lleve el aire». A partir de esto, el experto señala que «Madrid, Toledo o Ciudad Real» podrían ser algunos de los grandes núcleos poblacionales que se verían afectados por estas partículas. «Estamos al amparo de los vientos y la meteorologia», avisa.

«Hablamos de que se están emitiedo contaminantes persistentes y quizá dentro de 10 o 15 años se puedan desarrollar enfermedades, ya veremos», suscribe el responsable de Campaña de Greenpeace quien señala que, sin lugar a dudas, el poso que dejará en la naturaleza este suceso va a ser inevitable.

Desastre medioambiental

«Sobre todo es un desastre sanitario pero también es un desastre medioambiental», condena el de Greenpeace, quien vaticina que este incendio no va a ser nada fácil de extinguir por las características químicas de los neumáticos. «Me temo que va a ir para largo, aquello es uno de los macrovertederos más grandes de Europa», comenta el experto, quien es pesimista al respecto: «Mínimo pueden pasar dos semanas, supongo que intentarán que no arda pero la combustión va a estar ahí».

«Va a ir para largo»

«Esto no es como si se quema un arbusto», ejemplifica al respecto Nieto, quien especifica que se tienen que dar condiciones climatológicas muy específicas para que se produzca la combustión de un neumático. «Estuvimos muy preocupados este verano por las altísimas temperaturas», recuerda Nieto. Por ello la ecologista considera que, después de varias jornadas lluviosas en la zona, es imposible que los neumáticos hayan ardido de forma espontánea. «Se ha tenido que provocar de forma premeditada», dice la portavoz, quien abre otro frente preocupante, la contaminación del agua que se va a desprender del suceso.

«El agua que se esté utilizando para extinguir incendio arrastra las sustancias que se están liberando y todo eso va a ir a cursos de agua», vaticina Nieto, quien subraya que, en el momento actual «de gran humedad en el suelo y escorrentía», la situación se puede agravar aún más.

Además de las consecuencias más inmediatas provocadas por el incendio, el simple hecho de que millones de neumáticos hayan estado depositados de forma ilegal en esa zona durante años también es algo que ha generado un daño medioambiental. «Ahora, con el incendio, la degradación es instantánea, pero antes también había», adelanta el portavoz de Greenpeace.

Pasividad institucional

Todos los expertos consultados por ABC coinciden al señalar a las instituciones como agentes responsables —en la parte que les toca— de este desastre. «Era una bomba de relojería», critica Barea. «Estas cosas ocurren porque, desde los Ayuntamientos hasta las administraciones ambientales de cada Comunidad Autónoma se hace la vista gorda, se mira hacia otro lado», lamenta Nieto.

«Este vertedero era una bomba de relojería»

Este diario ha intentado ponerse en contacto, sin éxito, con los responsables de Medio Ambiente de Castilla la Mancha y con la corporación municipal de Seseña (Toledo). Por su parte, desde la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid han confirmado que se están tomando medidas para atajar el incendio y que, las diferentes estaciones que controlan la calidad del aire en la zona no han detectado que hayan empeorado sus cualidades.

A partir de ahora, como resalta Barea, sólo queda mirar al cielo y esperar que las condiciones meteorológicas no provoquen que las partículas cancerígenas que continúan brotando del «cementerio» de neumáticos de Seseña se acerquen a núcleos poblacionales y puedan afectar a más personas. Los daños medioambientales y sanitarios aún están por ver pero parecen inevitables.

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