¿Por qué se caen los motoristas?

La Asociación Nacional de Empresas del Sector de Dos Ruedas, ANESDOR, y el Servei Català de Trànsit han completado el primer ciclo de Formació 3.0: un programa pionero en el conjunto del Estado que tiene por objetivo reducir la siniestralidad en carretera mediante una actividad de formación gratuita desarrollada en algunos de los recorridos más populares entre los moteros.

En total, 287 motoristas han participado en las 7 primeras sesiones del programa, que ha cubierto 4.000 kilómetros de carreteras secundarias de las provincias de Barcelona, Lleida, Girona y Tarragona, caracterizados por el riesgo de accidentalidad y por registrar una alta concentración de conductores de motocicletas durante los fines de semana.

En su transcurso, los participantes han podido identificar y corregir sus errores y mejorar su técnica de la mano de monitores especializados y de la grabación y visionado posterior de su propia conducción, complementada por las recomendaciones de los Mossos d´Esquadra.

El Servicio Catalán de Tráfico (SCT) ha impulsado y financiado este programa para ampliar las actuaciones emprendidas para conseguir reducir la siniestralidad de los vehículos de dos ruedas, que en los últimos años no ha registrado los indicadores de reducción de la accidentalidad en general. La iniciativa se integra además en la estrategia Road Safety National Approach, impulsado por ACEM, la asociación de la industria de la moto en Europa, en virtud el cual las asociaciones miembro desarrollan actividades de seguridad vial en colaboración con las diferentes administraciones.

Formació 3.0 ha contado con el soporte de destacados pilotos, entre ellos el reciente Campeón del Mundo de MotoGP, Jorge Lorenzo, Marc Márquez, Dani Pedrosa o el Campeón del Mundo de Trial, Toni Bou.

Errores más frecuentes

Esta primera edición de Formació 3.0, ha permitido asimismo identificar los errores más comunes de los motoristas en carretera. La velocidad poco adecuada al entorno, el trazado incorrecto de las curvas, el desconocimiento generalizado sobre la correcta técnica de frenado o el mal aprovechamiento del espacio son algunos de los mismos. También cabe apuntar la capacidad de anticiparse a imprevistos, el mantenimiento óptimo de la motocicleta –durante la formación se detectaron por ejemplo neumáticos o pastillas de freno desgastadas– y, por supuesto, el respeto a las normas.