Una multitud de pensionistas hace cola ante una sucursal para poder retirar parte de sus pensiones en Atenas
Una multitud de pensionistas hace cola ante una sucursal para poder retirar parte de sus pensiones en Atenas - efe
MEMORIA ECONÓMICA

De Argentina a Chipre: cinco «corralitos» que colapsaron el sistema bancario

En los últimos años varios países han impuesto un control temporal a la retirada de efectivo de los depósitos bancarios

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Aunque pueda parecer novedosa, lo cierto es que la crisis vivida en Grecia, donde esta semana se han restringido la retirada de efectivo de los depósitos bancarios para evitar una fuga de capitales, ya se ha producido en varias ocasiones a lo largo de la historia. Especialmente llamativo es el caso de Sudamérica, donde los ciudadanos de varios países han sido «víctimas» de este tipo de medida en las últimas décadas. Aunque pueda parecer novedoso, muchos países llevaron a cabo un «corralito» bancario antes que Grecia.

El «corralito» brasileño

En 1990, los niveles de la inflación en Brasil eran insostenibles. El presidente del país, Fernando Collo, puso en marcha un programa económico bajo el nombre de «Brasil Nuevo», una iniciativa que provocó un férreo control a los precios, la privatización de distintas empresas públicas, la eliminicación de órganos gubernamentales...y la congelación de los depósitos bancarios.

En concreto, la medida permitía la retirada hasta 50.000 cruzados (unos 600 euros), la moneda de aquel momento en Brasil. El control bancario estuvo vigente durante veintinueve meses e inicialmente estaba pensada para evitar la especulación. Sin embargo, el efecto que produjo no fue el deseado, ya que las pérdidas bancarias ocasionadas por el «corralito» brasileño superaron el 50% del PIB. Fernando Collor no permaneció mucho más en el cargo y en 1992 fue cesado, acusado de distintos casos de corrupción.

Inflación y corrupción en Ecuador

El 11 de marzo de 1999, el presidente de Ecuador, Jamil Mahuad, implementó el congelamiento de los depósitos en cuentas corrientes con más de 500 dólares y los ahorros de más de 5 millones. De nuevo la inflación que sufría el país (unida a una supuesta crisis de todo el sistema bancario ecuatoriano) fue la justificación que esgrimió el presidente, que aseguraba que había que proteger la reserva monetaria y promover el descenso de los precios.

La oposición, sin embargo, afirmó que la crisis bancaria no era general, sino de unas determinadas entidades quebradas. Además, se acusó al Gobierno de desarrollar esta medida para favorecer a los funcionarios que trabajaban en el sistema y perjudicar de esta forma a las economías domésticas, que se encontraban en una situación comprometida. El año pasado, la Corte Nacional de Justicia de Ecuador condenó a doce años de prisión a Jamil Mahuad por este «corralito». Según el Tribunal, los efectos de esta medida todavía son patentes entre la población ecuatoriana.

Argentina creó el término

Aunque se produjo en 2001, Argentina fue el primer lugar donde un «corralito» vio la luz. Y es que fue en este país donde este término se acuñó, cuando el periodista Antonio Laje comparó los recintos cerrados infantiles de Argentina (corralitos»), donde los niños no pueden salir sin ayuda, con la restricción del Gobierno a los usuarios que pretendían retirar efectivo.

El país sudamericano se vio en esta situación después de que el Gobierno contrajera una deuda pública insostenible, lo que generó el consecuente «default» de cerca de 100.000 millones de dólares. Ante la previsible y masiva fuga de capitales, el Gobierno de Fernando de la Rúa decretó la suspensión de la retirada de liquidez de las cuentas bancarias. Esta medida tuvo una duración de un año y finalizó con el cambio de los saldos bancarios de dólares a pesos, sin embargo, tras ella Argentina tuvo una recuperación econónomica, llegando a acuerdos para reducir su quita y aplicando reformas estructurales. Sin embargo, Uruguay sufrió cierto contagio de la situación argentina y desarrolló su propio corralito en 2002.

La «revolución» islandesa

Tras la caída del sistma financiero islandés en 2008, las manifestaciones se multiplicaron en el país. La corona perdió la mitad de su valor y miles de familias e inversores contemplaron como perdían todos sus ahorros.

La decisión del Gobierno nórdico fue nacionalizar una buena cantidad de bancos, además de instaurar un «corralito», el primero en Europa. Desde ese año, Islandia pasó a garantizar únicamente los depósitos «domésticos», una medida que fue duramente criticada por el resto de Europa y que incluso recibió la demanda de algún país, como por ejemplo Gran Bretaña. De la misma manera, los Tribunales pusieron en marcha numerosas sentencias que se consideraban incluso parcialmente inconstitucionales para justificar la iniciativa del Gobierno.

Chipre, el último precedente

El último «corralito» producido antes del griego. En marzo de 2013, Europa impuso una estricta normativa a Chipre a cambio de facilitar su rescate. Se trató de un impuesto por el que todas las cuentas del país quedaron sujetas a una tasa del 9,99% para las que superaran los 100.000 euros y del 6,75% para los que no alcanzaran dicha cantidad.

El ministro de Finanzas de Chipre, Michael Sarris, admitió que esta decisión había sido «muy difícil», pero que era la única forma de evitar que el país entrara en bancarrota. El «corralito» chipriota duró cerca de diez días.

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