Ilusión contra ambición

La final de Copa se disputa en el Camp Nou, aunque eso no quiere decir que el Barcelona juegue en casa. Es la tercera final entre el Athletic de Bilbao y el conjunto azulgrana en los últimos siete años. En las dos ocasiones anteriores (Mestalla 2009 y Calderón 2012) la superioridad rojiblanca en las gradas ha sido aplastante. Nada hace presagiar que ese panorama vaya a ser diferente en el Camp Nou. Se espera a más de 50.000 seguidores vascos en Barcelona, una marea rojiblanca en toda regla, para vivir la gran fiesta del fútbol español. El partido más bonito del año.

Desde 1984, cuando hizo doblete, el Athletic no levanta un trofeo, así que ilusión no le falta al club rojiblanco en un nuevo intento por llevarse la Copa, su competición preferida.

23 títulos le contemplan, sólo superados por los 26 del Barcelona. « Tenemos la misma o más ilusión que el Athletic», ha dejado claro Andrés Iniesta en las últimas horas. El conjunto azulgrana sueña con el triplete y su motivación también es máxima.

Se especula en Bilbao con una posible sorpresa táctica por parte de Valverde, dadas las bajas de De Marcos, sancionado, y Muniain, lesionado. En el bando azulgrana, la única variación puede llegar en los nombres de los once titulares. Aunque todo apunta a que jugarán los diez futbolistas más habituales, además de Ter Stegen, Mathieu y Xavi siguen contando con opciones de ser titulares a tenor de los precedentes. « Me espero un partido muy parecido a los dos de la Liga», anticipó Luis Enrique en la previa.

Como club más antiguo, el Athletic actuará como local en el Camp Nou, lo que le permitirá cambiarse en el vestuario que normalmente utiliza el Barcelona. Su negativa a cambiarlo ha molestado mucho en el seno de la plantilla azulgrana, lo que ha calentado la final en las horas previas. Entre la afición en cambio, el ambiente es de camaradería máxima, como en las anteriores finales.

Para el equipo de Luis Enrique, la Copa es el segundo paso en su ansiado triplete, después de haber conquistado la Liga. Un arma de doble filo ya que la cercanía de la final de la Champions ante la Juventus obliga a que los azulgranas mantengan el nivel de concentración por encima de lo normal. «No preparo dos finales, solo existe una», expone el técnico asturiano, que ha intentado centrar a sus jugadores en el duelo ante el Athletic.