Cádiz CF

Sevilla Atlético-Cádiz CF (3-3) Verdes, pero con esperanza

Los de Cervera consiguen un empate tras reponerse en una segunda parte de locos gracias a los goles de Aketxe, Alvarito y Abdullah

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Ortuño cae dentro del área sevillista.
Ortuño cae dentro del área sevillista.

Este Cádiz CF está verde. Sí, puede ser verdad. No es normal el gol que encajó en Zaragoza. Tampoco se le encuentra mucha explicación al que le metió el Córdoba. Menos aún a la ocasión que Sankaré le brindó al Nástic. Y aún se preguntan muchos cadistas como su equipo es capaz de desconectarse a un cuarto de hora del descanso para recibir dos goles de un filial que tiene unos futbolistas de cuidado. Este Cádiz CF está verde pero tiene una fe y una esperanza que no se la quita ni Dios. Y por eso ha sido capaz de empatar hoy en el Pizjuán tras borrarse del mapa con 3.1 y reaparecer para sumar un punto que sabe a gloria tras lo visto en los 90 minutos.

Hay vida y ha esperanza. Mucha.

Cervera se dejó de historias y retomó el once de gala, dando entrada a Brian y al recuperado José Mari, para jugarse más de la mitad del pase al 'play off' de ascenso en el Pizjuán, donde la teoría decía que se encontraría a un filial más juguetón de la cuenta por eso de haber hecho magníficamente sus deberes.

Desde muy pronto el Cádiz CF mostró sus credenciales y apenas habían pasado tres minutos cuando Álvaro García se hizo con un balón en el área sevillista para acomodárselo a su pierna menos buena para enviar el primer mensaje con peligro a Caro. No se quedaría mirando el filial, que en apenas dos minutos se presentó en el área de Cifuentes.

La alternancia en las áreas fue la nota predominante en unos primeros diez minutos donde el Cádiz CF fue capaz de crear su primer saque de esquina tras un disparo forzado de Ortuño. Pasado el trepidante inicio, se apaciguaron las cosas en el césped, que no en la grada, que estuvo animada de norte a sur en todo momento.

Poco a poco, la insistencia del Cádiz CF volcó el campo hacia el área hispalense. Fue así como llegó otro remate forzado de Ortuño a centro raso de Álvaro García, muy metido en el partido casi que desde el comienzo de la semana. El utrerano le sacó una amarilla a Fede y era la principal fuente de problemas del equipo sevillano, que veía como de nuevo Alvarito metía un centro con aroma de gol que Ortuño no pudo cabecear a gol al estar bien marcado por las torres del Sevilla Atlético. Seguía el Cádiz CF intentándolo por la banda zurda, recuperada para el ataque con la activa presencia de Brian, que una de ellas dobló a Alvarito para poner un balón donde debía aparecer Ortuño antes que el central que desbarató la magnífica ocasión.

Parecía tan cómodo el Cádiz CF que hasta su defensa se relajó en una jugada que nunca debió de eternizarse pero que acabó dentro del área para que Ivi controlase ante la pasividad cadista y le dejase el balón muerto para que Marc Gual fusilase a Cifuentes a diez minutos del descanso. Se quedó atolondrado el Cádiz CF, que lejos de reaccionar se borró del campo. Y claro, eso lo aprovecha un filial como el Sevilla Atlético, que por mediación de Borja Lasso le hizo un traje a Brian Oliván en la línea de fondo para asistir a Marc Gual, que volvía superar a Cifuentes.

Estas son las cositas del Cádiz CF, capaz de todo, sobre todo de lo peor. Porque cuando mejor estaban les dio por desaparecer para irse al descanso con una carita de no saber que había pasado en el último cuarto de hora. Y lo que pasó es que el Sevilla Atlético se dejó dominar en la primera media hora pero visto que su rival quería ganar por inercia se rebeló y aprovechó el apagón cadista.

No comenzó el Cádiz CF todo lo intenso que debiera la segunda mitad, aunque le bastó un libre directo desde 40 metros 'aprox' para que Aketxe activara la maquinaria amarilla, que metió gas con la entrada de Aitor y Abdullah por Garrido y Salvi.

Todo iba de película hasta que volvió a entrar en escena la defensa gaditana. El lateral zurdo Matos se metió hasta la cocina tras marcharse de cuantos oponentes verdes le salieron al paso hasta que fue derribado dentro del área por Aridane, que creyéndose con la posición ganada metió el cuerpo de forma torpe cometiendo un penalti que materializaría Ivi engañando a un Cifuentes que se lo llevaban los demonios. Vuelta a la cueva.

Con el tercero, el Cádiz CF volvió a bajar la guardia. Desconocido, el once gaditano deambulaba por el campo en busca de un no sé qué. Y con lo que se encontró fue con un error mayúsculo en la salida de Caro, que atropelló en su camino a Aketxe para dejar el balón muerto fuera del área para que Alvarito acortase distancia en el marcador y volviera a encender el verde esperanza que hoy vestía el equipo amarillo.

Pero el Sevilla Atlético no tenía intención alguna en que su casa se convirtiese en una fiesta gaditana. El recién entrado Curro, con un zurdazo a la base del palo, casi sentencia un encuentro que seguía estando, por sensaciones y marcador, de lado hispalense.

Pero el fútbol es tan bonito como loco, y el Cádiz CF, sin saber cómo ni porqué, se metió en el partido. Y lo hizo a lo grande. El encuentro se embarulló. Amagos de tanganas y las aficiones crispadas. Todo lo que tiene un derbi del sur. Y el Cádiz CF, contento en ese fango, se manejó a las mil maravillas.

Pudo empatar primero Brian Oliván tras una contra bien llevada por Álvaro García pero el disparo del barcelonés no sorprendió a Caro. El Cádiz CF disfrutó de dos saques de esquina y en el segundo, y tras un barullo en el área pequeña, Abdullah empataba el encuentro ante la explosión de júbilo de la marea amarilla.

Faltaban diez para el final. El Cádiz CF se recomponía con José Mari de central tras haberse quedado con una defensa de tres para empatar pero el partido no había manera de organizarlo. Era de infarto. La camada sevillista se fue a por la victoria en plena euforia de fútbol de pasión y Cifuentes sacaba una mano prodigiosa a un libre directo escorado de Ivi. Acababa el Cádiz CF encerrado en su área defendiendo el punto como podía y dando gracias al míster local tras ver como hacía su tercer cambio en el 90' y frenaba un duelo que cerca estuvo de saltar por los aires.

Finalmente, se cosechó un empate de esos que saben a tres puntos tras haber asumido que el encuentro acabaría en derrota. Lo de analizar el partido, ya si eso otro día. Antes habrá que pasar por el psiquiatra. De locos. Bendita locura. Buen viaje de vuelta, cadistas. Con fe y esperanza.

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