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(CRÓNICA) Cádiz CF 4-1 Sevilla Atlético: Ortuño es un robot

El Cádiz CF suma su tercera victoria consecutiva pasando por encima del Sevilla Atlético para cerrar el año de manera magistral

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Es increíble. Un extraterrestre, un marciano, tal vez un robot que lo dirigen desde alguna parte desconocida de la grada. Ortuño no es de esta tierra. Tampoco de Yecla, Murcia. Se desconoce que hará para pasar los controles antidoping pero este muchacho no puede ser un hombre. Es imposible. Tiene que venir de una galaxia inexplorable. Había ya dudas después de su doblete en Córdoba. Hubo incluso alguien que ya sospechó algo tras su exhibición ante el Zaragoza o el Alcorcón, pero hoy ante el Sevilla Atlético se ha confirmado lo que muchos cadistas temían. Ortuño no es de Segunda. No se entiende que pueda jugar en el Cádiz CF. Este chaval es de otra elite y la prueba evidente es que su club reside en otra categoría superior.

Los temores vuelven a cernirse sobre el cadismo y lo hacen en otro partido televisado y previo a la Navidad como aquel que Lucas Lobos se marcó ante el Celta antes de poner rumbo al Tigres de México.

En todo caso, con robot o sin él, mejor con él, claro está, este Cádiz CF se ha acostumbrado a ganar por simple inercia, por convicción y con una autoridad sorprendente. Tres victorias consecutivas, nueve de nueve y aunque la permanencia es el objetivo a ver quién es el guapo que esta Navidad no le pide un deseo de ascenso a los tres Reyes Magos de Oriente.

Un minuto tuvo que pasar para que el Cádiz CF se enchufase al encuentro. Más en concreto, Alvarito, que en su primera intervención forzó la cartulina amarilla a su marcador Carmona cuando ya se disponía a disparar el ataque amarillo con una contra que iba siendo prometedora hasta que fue cazado.

Esa jugada dio confianza al Cádiz CF, que se dedicó a mover bien el balón para presentarse en el área rival con elegancia. Así le llegó un balón a Nico, pero el centro del extremo, que volvía al once, se quedaba corto y la jugada acababa en saque de esquina. Los zurditos del Cádiz CF andaban traviesos y con ganas. Álvaro García, otra vez, conquistaba la línea de fondo para meter un buen balón al que no llegó por poco Ortuño, que lo intentó yéndose al césped de plancha. Si bonito era lo que pensó el murciano con ese estético intento de remate, de película fue lo que filmó pasado el cuarto de hora. Garrido le mandó un melón al corazón del área que Ortuño lo domesticó con su pierna derecha mientras, y rodeado de cuatro defensas, se iba haciendo un sitio girando sobre su cuerpo como si de un dron se tratase para con la izquierda poner el balón lejos del alcance de Soriano consiguiendo un gol de pañuelos. Carranza era un clamor: '¡Ortuuuuño!, ¡Ortuuuuño!, ¡Ortuuuuño!'. Menudo crack.

Como podría ser normal, el golazo de Ortuño frenó la ambición del Cádiz CF, que retrasó posiciones dando algo de vida al Sevilla Atlético. Los pupilos de Diego Martínez fueron poco a poco entrando en el encuentro y cerca estuvieron del empate tras un rechace que desvió a córner rozando el palo de Cifuentes Sankaré, que hasta el momento estaba cuajando una gran actuación.

Todo el fútbol que puso sobre la hierba el Cádiz CF se evaporó tras el gol aunque los amarillos llegaron al descanso con una renta justa por lo demostrado en un inicio de partido arrollador y al que Ortuño sacó brillo con un gol para quitarse el sombrero. Puede que incluso el golazo del robot amarillo dejase anestesiado a su equipo, que si salió mandando en el marcador en la reanudación lo hizo por la falta de empuje de un filial que no aprovechó el bajón de juego del Cádiz CF,

De todo esto se percató desde su palco acristalado Cervera, que mandó la orden a su segundo de adelantar las líneas para impedir al Sevilla Atlético la salida de balón. Esto provocó que nuevamente el Cádiz CF volviera a acercarse a las inmediaciones de Soriano. Y así, sin más, con autoridad y por inercia llegó el segundo. Álvaro García, cambiado de banda y tras un saque de esquina repelido por la defensa hispalense, puso un perfecto centro a la cabeza de Sankaré que peinaba lo suficiente para alojar la pelota en el fondo de las mallas. Centro perfecto, remate sobresaliente. Este Cádiz CF es así. Una máquina que se mueve programada al detalle. Ejemplo de ese perfecto funcionamiento fue el tercero de la noche y que comenzó a gestarse tras un pase de memoria de Rubén Cruz a la banda de Alvarito, por donde efectivamente apareció como una exhalación el utrerano para invadir nuevamente el carril de Carmona y asistir a Ortuño para que el murciano marcase a placer de no ser por la oposición involuntaria de Nico Hidalgo, que rápidamente enmendó el problemilla y acabó empujándola él a gol.

Con los tres puntos ya en el bolsillo el Cádiz CF comenzó a disfrutar con tranquilidad el comienzo de las vacaciones veinte minutos antes del pitido inicial. Y ni aun así el Sevilla Atlético inquietó lo más mínimo a Cifuentes. Tan relajado estaba ya el equipo amarillo que solo con una imprecisión de Cifuentes tras un libre directo lanzado por Borja Lasso permitió a los sevillanos maquillar el resultado después de que Aridane se metiese el balón en su propia portería tras no atajar Cifuentes con seguridad un balón blando.

Ese tanto despertó al siempre vivo Alvarito, que se fue ovacionado al ser cambiado poco después de su enésima galopada con la que casi consigue el cuarto del equipo de no ser por el trascendental cruce del chiclanero Diego González. si no lo consiguió el utrerano, sí lo hizo en el último lance del partido Salvi, que puso la guinda al año 2016 con un gol de fábrica y tras el contragolpe magistralemente lanzado por Ortuño, el robot que ha puesto al Cádiz CF a soñar con ... Sí, sí, con lo que sea aunque dé vértigo el mero hecho de pronunciarlo.

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