El ministro Cristóbal Montoro, ayer, antes de empezar el Consejo de Política Fiscal. :: F. ALVARADO / EFE
Economia

Montoro trata de tranquilizar a las CC AA con 3.900 millones más para 2015

Los sacará gracias a la recuperación económica, aunque Cataluña, Andalucía y Asturias votaron contra los objetivos de déficit

MADRID. Actualizado: Guardar
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Las autonomías recibirán más dinero el próximo año para su financiación. Ese fue el mensaje de tranquilidad que el Gobierno transmitió ayer a sus consejeros, preocupados por ver reducidos sus ingresos por la rebaja de impuestos de la reforma fiscal. En concreto, las entregas a cuentas que el Estado realiza a las comunidades crecerán en 3.903 millones de euros en 2015. Será gracias a la mejora de la economía y de la recaudación -tienen transferido el 50% del IRPF- y no como adelanto o compensación extra por la reducción impositiva.

«Las entregas a cuenta a las comunidades no solo no se reducen sino que se incrementan un 4,8% como consecuencia de la consolidación de la recuperación», afirmó el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, al término del Consejo de Política Fiscal y Financiera. Este aumento de las transferencias a las regiones va en línea con la subida de la recaudación en los primeros meses del año. Precisamente esos datos positivos son los que permiten al Gobierno asegurar a la Comisión Europea que la rebaja de impuestos no perjudicará al objetivo de déficit, y a las autonomías que no verán mermados sus ingresos. «No notarían que el Estado ha bajado impuestos, en concreto del IRPF», insistió.

Sin embargo, esos 3.903 millones de 2015 pueden verse reducidos de forma sensible al restar las liquidaciones negativas de las comunidades -la diferencia entre lo presupuestado en 2013 y luego transferido por el Estado, y lo que efectivamente se terminó por recaudar-, que ascienden a de 2.158 millones. Por lo tanto, el incremento autonómico para el próximo año sería finalmente de sólo 1.800 millones.

Para evitar esta reducción en un momento tan delicado, sus consejeros pidieron ayer a Hacienda que aplazase este pago durante 10 años. De hecho, ya se tomó esa decisión en 2012 con las liquidaciones negativas de 2008 y 2009. Montoro reconoció que lo considerará y tomará una decisión en el próximo Consejo de Política Fiscal, que se celebrará a finales de julio.

Además, el ministro de Hacienda aseveró que no pidió a las comunidades que bajasen los impuestos -básicamente el IRPF- en el tramo autonómico, apelando a la «corresponsabilidad fiscal». Sin embargo, sí dejó claras sus preferencias: «cada una sabe de sobra lo que tiene que hacer, pero espero que sigan por la senda de la rebaja que ya ha acometido el Gobierno». En la reunión tampoco se trató el cambio de alguno de los impuestos autonómicos, pese a que el Ejecutivo no descartara días atrás nuevos tributos medioambientales -como proponía la comisión de expertos presidida por Manuel Lagares- y que fuesen cedidos a las comunidades para mejorar sus ingresos.

No habrá nuevos impuestos

Montoro rechazó que la reforma fiscal contemple la creación de nuevos tributos como el impuesto sobre las transacciones financieras. Recordó también que este gravamen ya existe a nivel estatal, aunque a tipo cero, y se mostró partidario de incrementarlo «moderadamente». Por otra parte, los objetivos de déficit salieron adelante únicamente con el apoyo de las comunidades gobernadas por el PP. Andalucía, Cataluña y Asturias votaron en contra, mientras que Canarias, País Vasco y Navarra se abstuvieron. El Plan de Estabilidad enviado a Bruselas y aprobado ayer establece también un déficit del 0,7% para 2015, del 0,3% en 2016 y del 0% en 2017.

«Esa es la decisión más importante que hemos adoptado. Quiero agradecer el compromiso de las comunidades con el compromiso de reducir el déficit público como fórmula para salir de la crisis», señaló el ministro. La aprobación de la senda de déficit da algo de oxígeno al Gobierno frente a Bruselas. Sin embargo, las autonomías que se oponen a este objetivo de déficit consideraban necesario una mayor flexibilización para evitar que se ahogue la incipiente recuperación.

De momento, los datos en los primeros cuatro meses no son muy positivos. El desfase entre ingresos y gastos alcanza el 0,43% del PIB, lo que supone un 59,5% más que en el mismo periodo de 2013. Y precisamente uno de los motivos de ese incremento del déficit tiene que ver con la caída de los ingresos por una menor recaudación, algo que Montoro prometió a las comunidades que no ocurrirá el próximo año.