Esther Koplowitz. :: R. C.
Economia

El mercado, expectante ante posibles cambios de control en el capital de FCC y ACS

Koplowitz ultima un principio de acuerdo para reestructurar su deuda de 1.050 millones con la banca, bajo la sombra del magnate George Soros

MADRID. Actualizado: Guardar
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Dos históricos del sector de la construcción y los servicios, Esther Koplowitz y Florentino Pérez, ven peligrar el dominio que tradicionalmente han ejercido en sus empresas respectivas, FCC y ACS. La entrada de nuevo capital, fundamentalmente extranjero, puede inclinar a otro lado el delicado equilibrio de poder en ambas firmas.

El caso más apremiante es el de Koplowitz, que antes del 31 de agosto debe amortizar parte de su deuda personal cercana a los 1.050 millones de euros o, al menos, abonar los intereses anuales aplazados, que ascienden a 70 millones. El problema es que la empresaria solía aprovechar el dividendo que recibía de FCC para hacer frente a esos pagos, pero esa remuneración quedó suspendida, al menos, hasta 2016.

Dicha deuda es canalizada a través de la sociedad patrimonial de su familia, denominada B-1998, con la que controla la mayoría accionarial (50,01%) de FCC. No obstante, dentro de ella tenía un reducido grupo de socios externos -Inversiones Ibersuizas, la familia Peugeot y la familia Aguinaga, cuya participación fue embargada por Caixabank- que le permitieron en 2004 reemplazar a la multinacional francesa Veolia.

De aquel núcleo duro sólo queda ya Bodegas Faustino -que mantiene cerca del 10%-, por lo que Koplowitz ha tenido que buscar nuevos socios que le ayuden con las cargas financieras de esa deuda. No los ha encontrado y al final ha sido el multimillonario George Soros -a quien ya vendió en diciembre el 3% de la compañía por cerca de 60 millones- el que ha ofrecido su ayuda.

Claro que el precio no es barato, ni para la propia empresaria ni para la banca acreedora. A la primera le ha ofrecido capitalizar su sociedad instrumental -según fuentes del mercado, pondría en torno a 400 millones de euros- a cambio, eso sí, de un peso estimable en su capital social. A la segunda, le ha demandado una quita de entre el 30% y el 40% en la deuda arrastrada, a cambio de ponerse al día en los intereses.

La oferta del magnate, erigido en tercer máximo accionista del grupo de forma imprevista, incluye también una inversión próxima a los 1.200 millones en la ampliación de capital ya prevista por FCC. Con ella debería cubrir el tramo B del acuerdo de refinanciación suscrito a principios de abril -por el que ha de pagar un interés de hasta el 16%-, que le permitió aplazar hasta 2017 el pago de 4.550 millones, lo que supone casi el 75% de su pasivo total.

Soros tendrá que esperar

De momento, Soros ha recibido una primera respuesta negativa de ambas partes, aunque se contempla un posible pacto a medio plazo. Lo que ahora se ultima, según las fuentes citadas, es un principio de acuerdo entre Koplowitz y la banca que incluso podría firmarse en las próximas horas. Con ello, se aplazaría el grueso de la deuda hasta 2018 y los intereses pendientes se transformarían en otro crédito de varios tramos que, eso sí, tendría como garantía los propios títulos de FCC. Su valor bursátil, no obstante, cayó ayer un 2,4% hasta los 17,17 euros por acción.

Florentino Pérez, por su parte, tiene menos agobios en los plazos, aunque su panorama en ACS no es tranquilizador. La retirada progresiva de sus principales socios -la familia March ha pasado al segundo puesto con el 11,3%, por detrás ya de su 12,5%- le deja en una delicada posición frente a los fondos de inversión extranjeros. Estos ya controlan un tercio del capital social -tras duplicar su peso en 2013-, mientras que el actual presidente -que ha de renovar su cargo en 2015- apenas llega al 37% con ese núcleo estable, del que forman parte aún 'los Albertos' y Miguel Fluxá (grupo Iberostar).