Recreación del primer mamífero placentario realizada por el equipo de investigadores. :: R. C.
Sociedad

Pequeño, nocturno, comedor de insectos y con una cola peluda

Investigadores reconstruyen al ancestro de los mamíferos placentarios que habitó la Tierra hace 65 millones de años

MADRID. Actualizado: Guardar
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Era pequeño, muy pequeño. Su peso oscilaba entre los 6 y los 245 gramos. Se alimentaba básicamente de insectos, era de hábitos nocturnos, poseía un cerebro con una corteza cerebral con voluta y le gustaban los árboles. Aunque su característica más particular era que tenía tener una cola peluda. «En un sentido amplio y general era similar en aspecto y tamaño a una musaraña», asegura Guillermo Rougier, profesor del Departamento de Ciencias Anatómicas y Neurobiología de la Universidad de Louisville (Estados Unidos). Este experto es uno de los miembros del amplio, internacional y multidisciplinar equipo que ha reconstruido al ancestro más antiguo de los mamíferos de placenta. Un estudio financiado por la National Science Foundation y que ayer publicó la revista Science.

Parece que este animal vivió en América del Norte y Asia y apareció a finales de la era de los dinosaurios o justo después de ella. Es decir, en en el límite del Cretácico y el Paleógeno (66-65 millones de años). En ese momento en que los dinosaurios no aviarios y los grandes reptiles comienzan a desaparecer de la Tierra, se produce el llamado 'modelo explosivo'. Aparecen los mamíferos de placenta, un grupo que excluye a los marsupiales (como los koalas) y a aquellos que ponen huevos (básicamente ornitorrincos y equidnas, una especie de erizo) para ocupar esos nichos ecológicos.

Aquí estaría el «punto de partida» de estos mamíferos. Luego vendría la diversidad, es decir, cómo acabaron apareciendo en la Tierra otros seres. Porque esta musaraña prehistórica es el «gran tatarabuelo de todos los placentarios vivientes», según apuntó el profesor Rougier por correo electrónico.

«Lo que puede decirse de las especies es que, bajo la hipótesis apoyada por estos resultados, evolucionaron muy rápidamente durante los primeros cientos de miles de años después del catastrófico impacto de asteroide que causó la extinción de los dinosaurios. Estas especies se diversificaron y pronto existieron los primeros representantes de los grupos modernos de placentarios, como primates, roedores o carnívoros. Allí se manifestaron las variaciones en estas muchas características estudiadas en este proyecto que permiten identificar los grupos modernos y sus relaciones mutuas», apunta por su parte el doctor Norberto Gianini, del Museo Americano de Historia Natural.

Análisis

Durante seis años, el equipo que ha coordinado Maureen A. O'Leary, de la Stony Brook University, ha analizado miles de características físicas a lo largo de una amplia variedad de especies mamíferas fósiles y vivas. Un equipo de 23 investigadores de seis países (Estados Unidos, Argentina, China, Brasil, Canadá y Perú) fue el encargado de reconstruir la parte morfológica del proyecto a través de un método llamado optimización. «Permitió a los investigadores determinar qué características aparecían primero en el ancestral común de los mamíferos placentarios y también qué características fueron inmutables des sus más lejanos antepasados», explica Marcelo Weksler, profesor de la Universidad Federal de Río de Janeiro.

Además, añade que estas pesquisas determinaron características comunes con los actuales mamíferos, como el útero con dos trompas y una placenta en la cual la sangre materna entraba en contacto con las membranas que envolvían al feto, como en los humanos.