CÁDIZ

Confirmada pena de 11 años por repetidas violaciones a su pareja

La víctima de Jerez sufrió «constantes humillaciones» y fue obligada a mantener relaciones sexuales durante dos años por el padre de uno de sus hijos

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Dos años de calvario, de humillaciones, insultos, agresiones y violaciones. Ésta fue la experiencia vivida por una vecina de Jerez durante los dos años que duró su relación sentimental con el padre de su primer hijo, el cual fue condenado por la Audiencia Provincial en enero del año pasado y cuyo fallo acaba de ser confirmado por el Tribunal Supremo. Una pena grave de 11 años y siete meses de prisión por un delito continuado de violación, otro de malos tratos habituales y una falta continuada de vejaciones la que ha recibido el procesado.

El relato de hechos probados que ya quedó acreditado en el juicio celebrado en la Sección Tercera está lleno de episodios de suma violencia y desprecio absoluto hacia la víctima. Según detalla el fallo judicial, que ha supuesto desestimar el recurso del condenado, éste sometió a su pareja durante el tiempo que duró la relación a continuos abusos hasta que rompieron en octubre de 2008. Así la obligaba a mantener relaciones sexuales y aunque ella le expresaba su negativa, le forzaba en repetidas ocasiones.

En unos de esos momentos, describe la sentencia, le quitó los pantalones a la fuerza y la penetró. En otras, «después de mantener relaciones sexuales» con ella «le daba mordiscos en las piernas, manifestándoles que era para marcar el terreno para que se supiera que era de él, y porque así se marcaba el ganado».

Uno de los episodios más violentos sucedió cuando la mujer se encontraba en plena cuarentena tras el parto por cesárea de su hijo. El condenado la forzó cuando estaba en el baño y pese a los lloros de ella, no paró hasta que eyaculó. A estas experiencias se suman los insultos habituales que tuvo que soportar la víctima. Una dolorosa relación que le ha dejado como secuela «componentes depresivos de ansiedad y trastorno adaptativo por estrés postraumático».

El condenado recurrió la sentencia de la Audiencia, alegando que no había ninguna prueba, como parte de lesiones o testimonios que acreditaran los hechos. Y justificó la denuncia de la mujer porque aseguraba que no quería que viera el hijo que tienen en común.

El tribunal ha desestimado esos argumentos, respondiendo que no existen indicios que hagan tambalear el testimonio de la mujer, que se ha mantenido firme a lo largo del procedimiento y está avalado por los informes médicos y forenses.