Apuntes

Una 'costumbre' peligrosa

La Junta de Andalucía se está habituando a no cumplir sus compromisos con demasiada facilidad

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Primero fueron los extrabajadores de Delphi. La Junta, cuando ni de lejos se imaginaba la profunda crisis que meses más tarde sacudiría a España, se apresuró a prometer a los despedidos por la multinacional norteamericana que les daría una solución. De hecho, puso por escrito un compromiso de recolocación que, a la vuelta de un lustro, le resulta imposible mantener. Un incumplimiento que le está costando serios dolores de cabeza a los dirigentes del Gobierno andaluz, ya que los exDelphi exigen, en buena lógica, el cumplimiento de lo acordado.

Pero este incumplimiento, el de mayor calado, no es sino la punta de un iceberg de otros a menor escala. Roturas de acuerdos casi a diario cuya última víctima han sido unos trescientos alumnos con becas Erasmus que, una vez concluido el curso y acreditada su estancia en el extranjero, nunca verán en sus cuentas corrientes el ingreso total de lo prometido. En algunos casos unos cuantos miles de euros fundamentales para poder proseguir sus estudios sin tener que recurrir, como es el caso de muchos de estos estudiantes, a ayudas familiares.

La Junta, como otras tantas administraciones, está incumpliendo con preocupante frecuencia y facilidad compromisos adquiridos que se están convirtiendo en papel mojado. Este tipo de actuaciones, cuando se trata de materias tan sensibles como la educación, la sanidad o el empleo, se convierten muchas veces en verdaderos dramas para los afectados. Es entendible que se vea obligada a realizar recortes y ajustar al milímetro los presupuestos. Pero cuando se ha alcanzado un pacto no se puede romper de forma unilateral dejando en la estacada a la otra parte.