Bibliotecas cerradas

Los recortes que se están llevando a cabo en materia de educación empiezan a ser ya realmente preocupantes. A escasos días de que dé comienzo el curso escolar, la Junta de Andalucía aún no ha abonado los pagos pendientes de junio a las guarderías, lo que hace que muchas de ellas no sepan aún si podrán abrir sus puertas de cara al próximo curso, pues no tienen capacidad de hacer frente a los gastos necesarios para ello.

Algo similar ocurre con las aulas matinales. La Consejería de Educación tampoco ha hecho frente a sus obligaciones y hay muchos centros que tampoco saben si podrán contar con este servicio, que es fundamental para numeroso padres que no tienen otra opción que dejar a sus hijos en el colegio desde las ocho de la mañana para ir a trabajar.

El penúltimo capítulo ha sido la decisión de la UCA no abrir las puertas de las bibliotecas en el mes de agosto con el fin de ahorrar gastos. En Cádiz capital tan sólo funciona la de la Facultad de Filosofía y Letras, lo cual resulta manifiestamente insuficiente. Las quejas de los alumnos son patentes, ya que muchísimos de ellos necesitan poder ir a estos centros a preparar sus exámenes de septiembre, ya que les resulta imposible hacerlo en otro sitio.

Les denominadas Medidas de Responsabilidad de Gastos aprobadas por el Consejo de Gobierno de la Universidad de Cádiz son, sin duda, necesarias. Pero eso no significa que todas sean acertadas. Al menos en este caso parece evidente que el recorte causa un grave perjuicio a un elevado número de estudiantes. Quizá, desde la UCA deberían plantearse la posibilidad, de cara a próximos veranos, de buscar otra medidas de ahorro. Seguro que se pueden recortar gastos de otras partidos menos dañinas para su principal activo, como son los alumnos. O al menos, abrir otra de las bibliotecas existentes en Extramuros, como la de Enfermería. De este modo, se aliviaría tanto el número de estudiantes como los bolsillos de muchos de ellos que no residen en el centro, ya que ahorrarían en transporte.