El Príncipe Felipe lee ayer un discurso durante un almuerzo. :: J. J. / EFE
ESPAÑA

El Rey retoma su actividad tras el accidente en África con una reunión con Rajoy

Saénz de Santamaría insiste en que el Gobierno quiere dejar fuera a la Casa Real de la futura ley de transparencia

MADRID. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El Rey retomó su actividad con el despacho que semanalmente mantiene con el presidente del Gobierno. Su último encuentro de trabajo tuvo lugar el 2 de abril. El jefe del Estado solicitó a Mariano Rajoy mantener esta reunión durante la visita que le hizo en el hospital tras ser operado de la cadera fracturada en Botsuana. Rajoy llegó ayer de su viaje por México y Colombia, y presidió la reunión del Consejo de Ministros para desplazarse a continuación al palacio de la Zarzuela. Lo habitual es que se reúnan los lunes, pero el percance del Monarca en el safari pospuso la cita hasta ayer. Ni la Casa Real ni la Presidencia del Gobierno dieron información de lo tratado ni siquiera dijeron a qué hora se produjo. Portavoces de la Zarzuela explicaron que nunca dan cuenta de esos encuentros.

La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, entretanto, ratificó ayer que la Casa Real quedará excluida de la ley de transparencia que prepara el Ejecutivo y que afecta a todas las instituciones de la administración pública. La norma «está en la línea de las leyes de transparencia» de los países con Monarquía parlamentaria, y puso el ejemplo del Reino Unido, donde la Corona «no está incluida» en la 'Freedom of Information Act' que regula el acceso a la información de las autoridades públicas.

Sáenz de Santamaría ratificó que la Casa Real no se puede considerar una administración pública y por eso quedará fuera de la ley. No así, prosiguió, «la actuaciones de la administración pública» que tengan relación con la Zarzuela, por ejemplo los servicios que prestan algunos ministerios a las actividades de la Corona.

Menos opacidad

La vicepresidenta no se sumó a las peticiones de menos opacidad en la Casa Real que se han hecho desde distintas fuerzas políticas y, por el contrario, alabó las «muchas medidas» que ha tomado la Monarquía para mejorar su transparencia. La Zarzuela hizo públicas en diciembre sus cuentas y las retribuciones de la Familia Real, aunque sin desglosar las partidas de gasto. Portavoces de la Casa Real han reconocido en los últimos días, y sobre todo a raíz de la crisis de Botsuana, que es necesario un golpe de timón a las actividades de la Corona, incluso con la agenda privada de sus miembros.

Ajeno a este debate, el líder de Izquierda Unida, Cayo Lara, afirmó que tiene «la intuición» de que hay «mucha gente» tanto del «entorno» real como «gente que defiende la Monarquía» que está «trabajando para que (el Rey) abdique». Atribuyó la operación, de la que no dio detalles, a que la Corona sufre «un deterioro muy alto», que quizá sea irreversible.

El líder del PNV no fue tan lejos como Lara, pero señaló que la cacería fue «la gota que colmó el vaso» de una sucesión de hechos negativos para la Casa Real, en clara alusión a la imputación de Iñaki Urdangarin por sus negocios y al disparo en el pie de Froilán, el nieto mayor del Rey. Iñigo Urkullu, que se presentó como representante de un partido «republicano», señaló que estos hechos ponen de manifiesto «la anacronía» de la Monarquía.

También CiU mostró su malestar con la Casa Real. Su portavoz en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida, se quejó de la «falta de respeto» hacia la «pluralidad parlamentaria» porque solo el PP y el PSOE fueron informados de que el Rey iba a disculparse. «Si el jefe de la Casa Real cree que la España que tiene que representar el Rey empieza y acaba con el PP y el PSOE el problema lo tienen ellos, no nosotros», escribió en su página web.