Loterías Arias reabre dispuesta a repartir otros 70 años de suerte

Loterías Arias amaneció ayer con una actividad frenética. Con la experiencia que otorga más de 70 años y las ganas renovadas de dos nuevos administradores, este establecimiento reabrió ayer sus puertas después de estar ocho meses cerradas. «Ni colgar las chaquetas nos han dejado», explicó ayer Dori de la Rosa en la trastienda. Ella es hija de Paco de la Rosa, uno de los nuevos administradores y estará durante un tiempo a cargo del negocio. Nueva en esto de vender lotería, confesaba estar un poco impresionada por la reacción de la clientela. «Pusimos carteles anunciando que reabríamos y éramos conscientes de la tradición de este establecimiento pero no nos esperábamos una respuesta tan buena».

La segunda etapa de vida que emprende este negocio cuenta con la ilusión y las ganas de los dos nuevos administradores. «Mi padre y su socio, Pepe, vieron que era un gran negocio y apostaron por él», algo aventurado en tiempos de crisis «pero la suerte siempre tienta a todos por igual». Dori explicaba ayer que se encuentran muy ilusionados y «esperamos repartir tanta o más suerte de la que ya se ha distribuido».

Mientras ordenaban los números, los habituales amigos de la suerte entraban sin parar en el pequeño establecimiento, contentos con la reapertura. Fundada en 1935, desde este pequeño local ubicado en la plaza San Juan de Dios, han repartido 39 primeros premios en dos ocasiones el gordo de Navidad. Testigo de ello ha sido Antonio Arias, hasta ahora el propietario de esta administración de Loterías y Apuestas del Estados. Ayer tampoco quiso faltar a la reapertura y mientras Dori y su compañera Ana vendían los números, él saludaba la clientela de toda una vida. El negocio ha traspasado de mano pero Antonio no ha querido desvincularse de toda una vida dedicada a la suerte. «Ahora toca dejar paso a la juventud», confesaba ayer mientras ayudaba a tramitar la llegada de los cupones de navidad y resolver algunas dudas de última hora.

Antonio se vio obligado a cerrar el pasado mes de marzo, algo que entristeció a muchos de los gaditanos que solían comprar. «Fue una decisión difícil porque teníamos mucha tradición y sobre todo fama entre los turistas. El mejor recuerdo que se llevaban de la ciudad era un décimo de Loterías Arias». Por eso ayer, estaba de nuevo feliz y lleno de orgullo porque alguien recogiera el testigo de toda una vida de trabajo.

La esencia de Arias seguirá siendo la misma, contaba Dori. «Vamos a seguir conservando algunas curiosidades como lo números acabados en 13 y 69 que siempre han sido característicos de aquí» e incorporarán otras propias como los números que contengan las cifras 1812 y 2012, «y es que también hay que aprovechar los números que se conmemoran en la ciudad por si acaso traen consigo algún pellizco para repartir». La ilusión más cercana, confesaba Ana, es poder vender el cupón ganador del Niño ya que se celebra este año en la ciudad.