Editorial

Alemania marca el paso

Las tesis de Berlín no convencen a una UE que necesita una solución europea global

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La cumbre de esta semana ha reforzado el euro, pero no ha solucionado la crisis de la moneda única. Esta intensa negociación en la cúpula del poder europeo ha estado dirigida y protagonizada por Alemania, que ha impuesto casi todas sus tesis a favor de la austeridad, las reformas nacionales y la necesidad de que los bancos paguen parte de la factura de la crisis. Es sorprendente el grado de sumisión de la nacionalista Francia a la cada vez más poderosa Alemania, que solo se explica por la situación delicada de la economía gala, que apenas crece y tiene un nivel elevado de deuda pública. Este país fundador del proyecto europeo es cada vez más percibido por los mercados financieros como un Estado de la periferia, expuesto al contagio de la crisis griega. De este modo, ya no se puede hablar de un directorio franco-alemán, como el que durante décadas ha liderado la integración económica y política. La asociación estrecha entre los Gobiernos de París y Berlín continúa, pero es la cancillería alemana la que determina hacia dónde caminar ante la urgencia de resolver la peor crisis económica desde los años treinta. Este liderazgo de Berlín no está exento de problemas. En primer lugar, el sistema de Gobierno alemán está repleto de vetos, pesos y contrapesos, como hemos comprobado con la última decisión de su Tribunal Constitucional, que ha suspendido el modo establecido por el Parlamento para decidir sobre el fondo de estabilidad del euro. En segundo lugar, la Unión necesita una solución europea, hecha desde una visión de conjunto y atendiendo a los distintos contratos sociales de cada país. Alemania por ahora no ha dado este paso. Finalmente, en política los modos de hacer de los que toman las decisiones cuentan mucho y es difícil encontrar dos líderes tan distintos como Angela Merkel y Nicolas Sarkozy. Merkel defiende la Europa de 27 países y Sarkozy pretende crear una unión intergubernamental a partir de la zona del euro. La canciller alemana se inclina por soluciones de austeridad y pro mercado y el presidente francés defiende el intervencionismo y el proteccionismo frente al mercado global. Las tesis alemanas al final se imponen pero no acaban de convencer a su principal socio ni al resto de los europeos