El tijeretazo al gasto reduce el déficit un 17%

El brusco frenazo imprimido al gasto en los nueve primeros meses del año ha permitido al Estado recortar su déficit un 16,8% interanual, hasta 37.016 millones de euros, el 3,42% del PIB, según los últimos datos de ejecución presupuestaria del Ministerio de Hacienda. A solo tres meses del fin de 2011, ese montante acerca a la administración central a su objetivo de reconducir sus números rojos hasta el 4,8% del PIB al cierre del ejercicio.

Nueve meses implican «un nivel de ejecución importante», en palabras del secretario de Estado de Hacienda, Juan Manuel López Carbajo, que permiten al Gobierno concluir que la consolidación fiscal avanza «en la senda correcta». El año pasado por estas fechas, pese a la subida del IVA, España arrastraba un desfase entre gastos e ingresos de 44.496 millones, 7.480 millones más que ahora.

La magnitud del recorte del déficit y la previsión de que el Ejecutivo tendrá a finales de año un 'colchón' no presupuestado de 4.000 millones fruto de un aumento de los intereses de la deuda inferior al previsto y de la venta de frecuencias del espacio radioeléctrico, permiten avanzar que el Estado cumplirá. Más aún. Podría disponer, por si fuera necesario, de un pequeño margen para enjugar alguna eventual desviación de las autonomías.

La clave de la reducción del déficit está en el tijeretazo al gasto, pues los ingresos siguen sin revivir. En términos de caja, los pagos efectuados hasta septiembre cayeron un 19,5% interanual, con desplomes muy abultados en varios capítulos. Las inversiones reales se hundieron un 26,9%. Las transferencias corrientes y de capital a entes autonómicos y locales, un 27,9% y un 35,5%, descendieron respectivamente, aunque en este caso fue por la entrada en vigor del nuevo sistema de financiación territorial. Los gastos corrientes en bienes y servicios bajan un 10,1% y los derivados de salarios del personal activo de la administración caen un 3,3% por el recorte de sueldos de 2010. Los únicos pagos que aumentan, un 5,7%, son los financieros, derivados del abono de intereses de la deuda.

Por el lado de los ingresos el panorama es más pesimista, pues el repunte sólo alcanza el 0,8%. Las entradas por la recaudación de impuestos avanzan aún menos, un 0,5%. En los tributos directos, los ingresos por IRPF aumentan un 4,1% y Sociedades cae un 12,3%. Entre los indirectos destaca el tímido aumento del 1,9% en el IVA. Esa atonía obedece a que en septiembre se esfumó el vigor que imprimió a este tributo la subida de tipos y, además, a la debilidad del consumo y de la actividad. Como muestra, en el noveno mes la recaudación por IVA bajó un 4,9% en comparación interanual.

Los ingresos por impuestos especiales (tabaco, alcohol, hidrocarburos...) bajaron un 3%.