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RECORTES DOLOROSOS

Cuesta digerir que, también por la crisis, se pueda poner en peligro la integridad física de los jóvenes

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Obviamente, la despiadada crisis que dirige nuestros destinos desde hace tres años, afecta a todos los órdenes de la vida. Fundamentalmente al empleo y a partir de ahí se concatenan toda una ristra de consecuencias, de dramas personales, imposibles de medir en una de las hojas de 'excel' que utilizan los que entienden de esto. O que se supone que entienden. Porque si fuera así de verdad, no estaríamos como estamos.

Pero pese a asumir que la situación es la que es y que aún nos queda crisis para rato, algunos de estos daños colaterales son especialmente duros de digerir. Hace un mes, alguien de los que manejan los números en el Ministerio del Interior decidió que había que recortar gastos. Y una de las formas de hacerlo era cargarse el denominado complemento de 'turnicidad', por el que los policías nacionales cobran 98 euros más al mes como compensación por trabajar varias noches seguidas cada fin de semana.

Oficialmente este complemento sólo le corresponde a los agentes de a pie que hacen turnos de 24 horas. Por entendernos, a los que patrullan en los 'zetas'. Pero no a los miembros a la Unidad de Prevención y Reacción (UPR). Los antidisturbios de toda la vida. Sin embargo, en Cádiz este complemento sí se les estaba dando a estos antidisturbios que jueves, viernes y sábado vigilan la zona de movida de la Punta de San Felipe. Aunque no está pensado para ellos, así se decidió después de la desgraciada muerte de Fran Gamboa, el joven portuense apuñalado frente a la puerta del Club Náutico en 2004.

Entonces el Ayuntamiento y la Subdelegación del Gobierno decidieron poner en marcha un plan especial de vigilancia en esta zona, que sin duda, ha cosechado un gran éxito. Desde entonces los problemas en la Punta apenas son reseñables, para seguridad de los jóvenes que van allí por las noches y tranquilidad de sus padres.

Sin embargo, burocráticamente hablando, para que ese dispositivo especial funcionara, había que pagarle a los antidisturbios ese plus que oficialmente no les corresponde. Eran otros tiempos, de aparente bonanza económica, y se aprobó el asunto. Pero ahora, con la crisis, hay que recortar. Seguir recortando. Y como ya no se pueden tocar muchas cosas más, le ha tocado a la seguridad. Fuera el plus para los antidisturbios. A ver ahora cómo organizan la cosa.

Tranquiliza saber que en la comisaría de Cádiz ya están trabajando en buscar fórmulas para que en la Punta todo siga estando tranquilo los fines de semana. Para que no volvamos a lo de hace unos años, cuando las broncas eran continuas hasta que, como cabía esperar, ocurrió una desgracia gorda. Confiemos en que los responsables del tema sean capaces de encontrar soluciones para que todo siga como hasta ahora, adaptando el dispositivo a los nuevos recortes.

Cualquier cosa antes que otra familia destrozada como la de Fran Gamboa.