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Las 14 hermandades ceden ante el Consistorio y no encenderán los cirios

El Ayuntamiento aclara ahora que su intención no era prohibir la cera en el vía crucis, sino no hacer frente a la limpieza que conlleva

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El pulso cayó del lado del Ayuntamiento. La Caja de Pandora que abrió el viernes la alcaldesa de Cádiz (al afirmar que no habrían cirios encendidos por petición del Consistorio en el Vía Crucis Diocesano de hoy) se saldó ayer tras varios cruces de opiniones. En principio, el Consistorio saldrá ganando y el evento de esta noche no tendrá luz. O lo que es lo mismo, las cofradías estarán acompañadas de hermanos de luz, pero sin luz. Las hermandades optaron por esta solución de urgencia en una reunión celebrada en la tarde de ayer con la idea de acabar con la incertidumbre que dominó la jornada.

De 19.30 a 21.30 horas, las 14 cofradías participantes y el Secretariado de Pastoral Juvenil con su máxima institución a la cabeza, Andrés Drouet, analizaron los pros y los contras de salir con luz o sin ella. El propio Secretariado, a última hora del día, remitía un comunicado de prensa en el que Drouet y su organismo dejaban clara su postura: «Se va a procesionar con los cirios, pero respetando la decisión del Ayuntamiento, de no encenderlos, aunque no se comparten ni comprenden esta decisión que resulta desconcertante». Y es que el peso de la decisión recayó de forma exclusiva sobre las cofradías y la institución tras el matiz lanzado por el Ayuntamiento horas después de las declaraciones de la propia Martínez.

No se prohibía que las cofradías encendieran los cirios sino que se informaba de que el Ayuntamiento no se haría cargo de la limpieza. La precisión llegó por el cauce menos adecuado y oficial. El concejal de Cultura del Ayuntamiento y teniente de alcaldesa, Antonio Castillo, se ponía en contacto con el presidente del Consejo de Cofradías, Martín José García, para explicarle la decisión municipal: «El gasto extraordinario de esta limpieza no lo puede asumir el Ayuntamiento porque no tenemos ese dinero y no lo podemos hacer en estos tiempos de crisis» La solución también se la aportó al propio García. «La organización del Vía Crucis tendría que hacerse cargo del coste de la limpieza de la cera en caso de que consideren que el encendido de los cirios es indispensable», como explicaron fuentes municipales.

Se da la circunstancia de que el presidente del Consejo no era el organizador del acto, más allá de colaborar logísticamente con él. El verdadero organizador, el Secretariado Diocesano de Juventud, tuvo que enterarse de este matiz municipal de forma no oficial.

En una nota, el Ayuntamiento aprovechó para recordar que «a través de la Concejalía de Juventud, el Consistorio ha destinado ya 6.500 euros de su presupuesto para ofrecer a la organización la logística necesaria para estos días, así como la coordinación con otras delegaciones municipales como las de Limpieza, Policía Local, Tráfico, Seguridad Ciudadana, Transportes, Vía Pública, Sanidad, Mantenimiento, Mobiliario Urbano, Turismo y Deportes».

Un despliegue que no ha llegado para la limpieza posterior de la cera derramada en los puntos del recorrido y que indignó especialmente a los hermanos mayores. En una primera reunión, los cofrades de distintos puntos de la Diócesis acordaron hacer piña en torno a la necesidad de salir a rezar el vía crucis de Juan Pablo II con los cirios encendidos. Por ello, apostaron por realizar un escrito firmado por todos los hermanos mayores explicándole a la alcaldesa la importancia de la luz en el vía crucis (ya que el día antes la regidora declaró que «lo importante es el sentimiento religioso, no llevar el cirio encendido» o que «en Semana Santa muchas veces los cirios van apagados por el viento y no pasa nada»).

De poco pareció servir el escrito rubricado y las peticiones realizadas al presidente de Diputación, José Loaiza. Los ánimos se caldeaban y más de algún cofrade (como los de la hermandad de La Columna de Alcalá) afirmaba que estaba dispuesto a no salir. De hecho, los hermanos mayores entraban en la reunión de las 19.30 horas con dos posturas más o menos claras: O se salía con los cirios encendidos o no se salía. Una postura que finalmente se vio matizada con el diálogo en Santa Cruz. Las hermandades, con el Secretariado Juvenil a la cabeza, optaban por arriar velas y no ensuciar las calles de cera.

La misma institución, el día antes, mostró su conformidad con la medida, aunque matizó que había informado a las hermandades y que ellas serían las responsables sobre lo que hicieran esta noche. Y estas cofradías fueron las que decidieron finalmente rebajar su mensaje y hacer caso a la alcaldesa. Tocaba cerrar filas y apostar por la prudencia. Todo ello a pesar de que los beneficios económicos en Cádiz serán más que evidentes. Un hermano mayor incluso hacía una predicción aproximada: «Los costes que se pueda gastar en cera el Ayuntamiento son solo una décima parte de lo que la ciudad ganará con el evento».