Los bordados en CádizXxsxsxsxlllsxsxsxsx xsxsxsxsxsxsxsx

Mientras que la pintura, la escultura, y en cierta forma la orfebrería se encuentran aceptablemente estudiadas en Cádiz, no ocurre lo mismo con los bordados. No deja de ser llamativo que la rama más importante de las Artes Suntuarias haya estado cultivándose de forma ininterrumpida desde el Siglo XVI hasta nuestros días.

Cabildo Catedralicio, Parroquias, Hermandades y Cofradías fueron y son los principales comitentes de los talleres de bordados desde tiempos pretéritos. Ha sido ésta una faceta del arte escasamente documentada, valorada y estudiada. La mayoría de estas obras han tenido un uso cotidiano según las necesidades de la liturgia (Catedral y parroquias) o en otros casos, formando parte de las indumentarias de las imágenes de vestir. Todo ello ha repercutido en la conservación de la pieza, deteriorándose el soporte que sirve de base a los ricos bordados a realce. Por ello, los terciopelos de seda (de Lyon), las sedas recamadas, los damascos, han ido sustituyéndose en ocasiones, para trasladar los bordados a nuevos soportes. Estas intervenciones, no siempre se han realizado con rigor y profesionalidad, pues se han alterado los diseños originales restándole valor a la pieza.

Cuando comenzó a gestarse el actual Museo Catedralicio de la Contaduría, recibí el encargo de elaborar un Inventario con fotografías de los bordados existentes en la Catedral. Nunca pensé que iba a encontrar algo de tal magnitud y tan apasionante, no solo por la cantidad de piezas que se guardaban, sino también por la calidad, variedad y riqueza, que era altísima.

La colección de bordados que atesora nuestra Catedral está compuesta en lo fundamental por Capas pluviales, dalmáticas, casullas, mitras, mangas para las cruces, atrileras, frontales de altar, paños para los púlpitos, Etc. Naturalmente, la cronología, los colores y estilos es muy amplio, según requería la liturgia y la importancia de las celebraciones. Son especialmente llamativos los entonados en púrpura, y por su prestancia y susntiosidad los negros, utilizados en aquellas ceremonias fúnebres de tanta solemnidad. Sin embargo, apenas conocemos datos sobre los artífices de estas joyas, salvo algunas excepciones; ello se explica porque la Catedral tuvo un taller propio de bordados, quedando lamentablemente en el anonimato los nombres de estos genios. Pero también nos preguntamos en su día el porqué de esta cantidad de bordados. La respuesta la tuvimos inmediatamente de D. Pablo Antón Solé, Archivero y Canónigo de la Catedral, y sobre todo gran conocedor de los archivos Catedralicio y Diocesano: .en la Catedral eran frecuentes las ceremonias de consagración de los obispos cuyos destinos eran la Tierra Firme, de ahí que fueran precisos tantos ornamentos para esos grandes fastos.

Complementan la colección catedralicia los bordados de algunas parroquias e iglesias que en sus dependencias custodian piezas de gran valor. Reseñamos San Antonio, San Lorenzo, El Rosario y la Santa Cueva, La Iglesia de San Juan de Dios de la Santa Caridad, por citar las más destacadas. Además, poseen indumentarias de imágenes que reciben culto en ellas.

Pero dentro de este contexto no podíamos olvidar a las cofradías históricas que guardan espléndidos bordados, la mayoría ejecutados a fines del XVIII, pleno siglo XIX, y primer tercio del XX. Debieron existir varios e importantes talleres, entre ellos el de San Martín, fundado en 1881. Estos bordados han tenido un uso permanente, pues eran portados en las salidas procesionales por las imágenes, acusando un gran deterioro por la simple función que desempeñan y también cuando los cortejos eran sorprendidos por 'la lluvia' en la calle, quedando estas piezas seriamente dañadas.

En este contexto, podemos decir que las cofradías de Vera-Cruz, Piedad, Ecce-Homo, Columna, Afligidos, Servitas, Santo Entierro y Prendimiento (Descalzas), llamémoslas históricas, son las que poseen bordados antiguos. Pero quizás sea la espléndida túnica de cola del Señor del Prendimiento lo mejor que nos ha llegado del pasado. Por suerte, contemplamos en nuestros días los conjuntos bordados de las imágenes que componen el Calvario (Virgen, San Juan y Magdalena) de la Piedad (1881), o componían (caso de la Vera-Cruz), ambos de gran riqueza. Son también dignos de destacarse los dos mantos de salida del Señor del Ecce Homo, el más antiguo del Siglo XIX y el más moderno de 1910. La Orden Servita también conserva valiosos bordados, tanto en las Insignias (Estandarte, 1866) como para el atuendo de la Dolorosa (1784). Sin embargo, es la Cofradía de Afligidos la que conserva mayor cantidad de piezas, pues dispone de varios conjuntos (de diversa autoría) para vestir a todas las Imágenes del grupo. Destacamos el manto y saya de la Virgen de la bordadora Concepción Corado (1895). Pero hemos de reseñar que la hermandad conservaba la pieza de bordado más valiosa existente en nuestra ciudad: una Saya del XVIII, de un bordado de Hojilla, rocalla, plano y asimétrico, que mantenía aún el soporte textil de origen (algo insólito), terciopelo de Lyon en tono carmesí (Véase la foto que ilustra este Artículo). Por desgracia, este bordado que debía de haberse conservado como "pieza de Museo" y haberse tratado en el Departamento de Textiles del IAPH de Sevilla, ha sido pasado a otro terciopelo, desgraciándose una pieza única.

Evidentemente, algunas cofradías de Cádiz perdieron buena parte de su patrimonio por causas ajenas, como la del Nazareno, tras el asalto en 1936 a su capilla; citamos los valiosos bordados debidos a Concepción Corado (1908). En distintas circunstancias, como el caso de Columna, perdió todo su encanto el precioso Manto (1918) de salida de la Virgen de las Lágrimas, tras una restauración muy desafortunada.

Me gustaría, a modo de conclusión, llamar la atención de estas obras de arte que se encuentran desprotegidas. No es justo ni de recibo que si las Imágenes de las Hermandades han de pasar por el Secretariado Diocesano de Patrimonio para cualquier Intervención, no sigan el mismo proceso estos bordados históricos, la mayoría de las veces en manos indocumentadas.