AL CABO DEL MES

DIGNADOS

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No sé si el trabajo digno y la vivienda digna dan como resultado esta democracia digna o es al revés, pero a este lugar ni la digna reforma electoral lo arreglaría... Aquí tiene su parcela de poder gente tan dispersa como el señor Adif (¿quién vota a ese?), el señor Zona Franca (¿franca?) con poder para dar y regalar, el señor Autoridad Portuaria (superpoder) que rellena sin tino ni conocimiento la bahía para que los containeres puedan seguir (¿insultando la inteligencia?) su tráfico por San Severiano mientras su salida natural en el muelle de La Cabezuela se infrautiliza; ¿y el señor indiferencia...? se ha apoderado de edificios como Tiempo Libre, Náutica o el Olivillo para hacer ostensible la miseria de la dentadura de la ciudad que sonríe que, imagino, no se reirá de que delante mismo de ella, en lo que llaman parque natural y es un paraíso, vayan a meterle un infierno de cemento para poner cuatro concesionarios de coches y un centro de ocio (polígono de Las Aletas... les va la dignidad en eso, tú), para fastidiar de una vez por todas las infinitas posibilidades de cultivo marino de esa marisma y para, al cabo, quedar como otros polígonos a pocos kilómetros, iluminando parcelas vacías...

No sé por qué lo llaman Paseo de Santa Bárbara si allí no ha paseado nunca nadie, se preguntaba el otro día la alcaldesa; los había masocas, servidor, que sí paseaban, pero al chocar con el muro del Hotel Atlántico tenían que tirar para el caballo de Simón Bolívar... así de sencillo. Años se ha tirado el señor Paradores ejerciendo derecho de pernada con la complicidad del señor Costas (será por «dignados») y por mucha maravilla que vayan a colocar en Santa Bárbara lo maravilloso que le sobra a Cádiz es la mar, por eso somos más de pasear mirando la barquilla que mirando al caballo... liberen el paseo ya, aunque sea para el Trece (me da que el señor Doce termina yéndose a Valcárcel).