Sergio Sánchez fue noticia grata en este partido pues se vistió de corto en el titular del Sevilla. :: EFE
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El Sevilla se reconstruye y ya está en semifinales de Copa

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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El Sevilla consigue de manera brillante el pase a semifinales de la Copa del Rey al golear al Villarreal en un gran partido de los de Gregorio Manzano, en el que destacó la inclusión en el once de Sergio Sánchez, que volvía a los terrenos de juego.

Pronto se le pusieron las cosas de cara al conjunto hispalense, que sorprendía al rival con un dibujo impropio en el que destacaba la defensa de cinco y que a los siete minutos ya estaba por delante en el marcador. Centro errático de Dabo, que rechaza un defensa y el balón cae para Negredo. El madrileño supera a Diego López y Renato solo tiene que empujar el balón al fondo de la red. Un tanto que daba mucha vida a los de Manzano, puesto que ya el Villarreal tenía que hacer dos goles y los sevillistas estaban muy enteros en defensa.

Y menos mal, porque lo cierto es que los de Garrido fueron saliendo poco a poco de su letargo y no consiguieron el segundo porque no estuvieron afortunados. La tuvo Altidore a los 16 minutos pero su remate se marchó por encima del larguero, también Musacchio pero su cabezazo se fue por arriba, Gonzalo con un testarazo al larguero, Cani, Rossi con un sensacional zurdazo que salvó acertadamente Javi Varas...

Aunque el Sevilla también tuvo el segundo, pero ni Kanouté ni Negredo encontraron portería.

Los blanquirrojos habían hecho bien las cosas en los primeros 45 minutos, supieron defenderse, aunque el balón lo estaban teniendo los de Garrido.

Pero la suerte estaba en poder del Sevilla. De hecho, no se había cumplido ni el minuto dos de la reanudación cuando Kanouté, de un magistral cabezazo a la salida de un corner, colocaba en el marcador el 2-0.

Y dos minutos después, una jugada calcada pero con distinto protagonista, Alexis, colocaba el tercero en el marcador y agitaba el ánimo de un Pizjuán que jaleaba con orgullo a los suyos.

El Sevilla se sentía muy a gusto en el césped mientras que el Villarreal, noqueado, lo intentaba como podía con leves destellos de Montero o Cani, pero sin encontrar el gol al que poder aferrarse para pelear por el sueño.

Los minutos pasaban, el Sevilla ponía pausa e incluso se animaba a buscar el cuarto. Al final, el marcador no se volvió a mover y el Sevilla pudo celebrar el pase a semifinales.