Opinion

Separemos las cosas

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Aun en las mejores circunstancias, los gastos militares son grandes, por su misma naturaleza; de ahí que las autoridades intenten convertir el Ejército en una organización multiusos, aunque con distinta fortuna, desde su ayuda en las catástrofes naturales hasta las bandas de música. En períodos de crisis económica, como ahora, resultan aún más interesantes esas iniciativas de autofinanciación, como la que nos llega ahora de la Base aérea militar andaluza de Armilla, que parece que se va a poder alquilar para celebrar acontecimientos sociales. Dada la naturaleza de esas instalaciones aéreas, es lógico que los primeros en querer aprovecharla hayan sido quienes tienen como meta única ir al cielo y, precisamente, para escenificar una ceremonia de beatificación, es decir, de poner solemnemente en las alturas a su protagonista. Pero no dudamos de que después podrán alquilar también esa Base los laicos que no quieran estar en las nubes, sino más allá aún; e incluso los ateos, como su única manera de llegar al cielo, aunque sea pagando al contado un precio que esperamos no sea estratosférico. Abierto así su alquiler a todos -no sólo a los religiosos, como temen, y han protestado oficialmente, algunos laicos malpensados- dicha Base alcanzará pronto su autofinanciación, en beneficio de todos los ciudadanos.