Sergio Rodríguez se lamenta. / EFE

Todo listo para el asalto al oro

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«Empieza lo bonito del campeonato». Las palabras del capitán de España tras cerrar la primera fase de Granada no hacen más que destacar lo obvio. Tras una semana en Granada en la que 'La Roja' se ha mostrado dominante, espectacular, intensa e inaccesible, pero que no ha servido más que para definir posiciones de cara a las decisivas eliminatorias por el título en la Copa del Mundo, Juan Carlos Navarro hizo de altavoz de su compañeros y constató que la selección sólo piensa en el asalto al oro. Los españoles han demostrado un nivel tan elevado que convencen a cualquiera de que no es una utopía, sino una meta cada vez más cercana.

«Estamos listos», admitió Juan Antonio Orenga. Madrid ya los ha recibido con los brazos abiertos y confía en que el Palacio de los Deportes sea el testigo directo de otro hito para el baloncesto español. El técnico consideró que el objetivo de ir creciendo y mejorando se ha conseguido. «Hemos ido incrementando el ritmo y el nivel defensivo y todos los jugadores han aportado».

Hasta el seleccionador ha elevado su intensidad. Entrenador de perfil sosegado, calmado y con pocas ganas de figurar, más allá de su gran presencia y sus 207 centímetros, en la primera fase de Granada ha enseñado por momentos también su cara menos pausada y más protestona. Especialmente airado se mostró ante la permisividad de los árbitros en la defensa de Varejao a sus postes en el partido ante Brasil, y ante Serbia quiso evitar que las airadas quejas de Sasha Djordjevic acabaran por influir en las decisiones de los trencillas cuando el partido se agitó y se volvió tosco en el último cuarto. Todo cuenta en pos de la victoria.

El técnico parte con la ventaja de que lo que él dirige «es un equipo, no una selección» y que sus pupilos «tienen un punto de ambición» que les obliga siempre a «querer más, a competir constantemente» y están acostumbrados a disputar y luchar por los grandes torneos internacionales. Ésta es su semana, el turno de los mejores.

Sin embargo, para empezar, el sábado toca un cruce de octavos de final (22,00 horas) que parece más un partido de primera fase entre un candidato y uno de los habituales equipos que acuden al Mundial más como recompensa que con objetivos competitivos ambiciosos. El tercer puesto en el Afrobasket (derrotada en semifinales por la débil Egipto) era la humilde tarjeta de presentación de Senegal en su grupo de Sevilla. Pero los de Cheikh Sarr han sido la gran sorpresa del campeonato y, como premio, se enfrentarán al anfitrión en la eliminatoria más desequilibrada de las ocho junto a la protagonizada por Estados Unidos y México.

Orenga tiene ya muy estudiado a su rival, «un equipo intenso, atlético y muy físico». El seleccionador no quiere que nadie se piense que este equipo senegalés tiene demasiado que ver con el que se encontraron en el Gran Canaria Arena y al que superaron con excesiva facilidad por 88-49 durante la preparación.

«Es el primer 'match ball' y Senegal ha crecido durante el campeonato», advirtió, aunque también tuvo que reconocer que «ha jugado bien en algunas fases y no tan bien en otras». El equipo africano fue capaz de batir a Puerto Rico y a la potente Croacia, pero fue superado con contundencia por Grecia y Argentina y cayó ante la débil Filipinas.

Todo hace pensar que el desarrollo del partido no variará mucho respecto al esquema que han seguido los cinco encuentros de Granada. Comienzo muy intenso de España, primeras ventajas importantes y latigazos de inspiración que acaban por romper definitivamente el partido. No sería malo que se repitiera esta progresión en octavos, para llegar con cierta frescura a la siguiente ronda.

El triunfo ante Senegal pasa por parar a Gorgui Dieng. El poste de los Minnesota Timberwolves está siendo uno de los destacados del Mundial, con 18 puntos y más de 11 rebotes por partido. Dieng es, además, el jugador que más minutos ha disputado, con 38,2 de media, casi 12 más que Marc Gasol, el hombre más utilizado por Orenga.

Sin embargo, el compañero de Ricky Rubio, que ha completado con buen tono su primer año en la NBA, ha presentado unos porcentajes de tiro inferiores al 50%. Es un dato discreto para el pívot de 2,11 metros y 24 años, que suele buscarse las habas por los alrededores del aro.

El técnico español da una importancia relativa a la estrella del cuadro africano -«tenemos tres hombres muy grandes, no me preocupa demasiado»- y mantiene su apuesta por centrarse exclusivamente en su equipo.