Philip Seymour Hoffman. / Archivo
ENTREVISTA DEL 22/05/2008

«Quiero que el público se acuerde de mis personajes, no de mí»

Ama la privacidad por encima de todas las cosas, pero aceptó con resignación el hecho de haberse convertido en el actor de moda en apenas dos años

LOS ÁNGELES Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Philip Seymour Hoffman fue durante varios años el secundario más en forma. Ama la privacidad por encima de todas las cosas, pero aceptó con resignación el hecho de haberse convertido en el actor de moda en apenas dos años: “Lo estoy disfrutando, las películas que hago son importantes para mí y espero que sean bien recibidas por el publico”.

Pregunta: Su interpretación en “Antes que el diablo sepa que has muerto” ha sido alabada por los críticos ¿Qué le llevo a participar en el proyecto?

Respuesta: El guión, el guión. Cuando lo leí hace varios años me gusto mucho. Después desapareció y nadie hablo más de la película hasta que me lo volvió a enviar Lumet, y le dije que siempre había querido participar en esa historia.

P.: ¿Es cierto que Lumet le ofreció elegir el personaje que quería interpretar?

R.: Sí. Cuando le dije que ya había leído el guión y que estaba dispuesto a interpretarlo, no sabía qué personaje había pensado para mí. Cuando me dijo que podía elegir, me reí mucho.

P.: ¿Cómo es Sidney Lumet como director?

R.: Muy preciso, capaz de rodar cada escena a velocidad de vértigo. Los actores no estamos acostumbrados a ello. Entre nosotros se creó una relación muy interesante

P.: Andy, su personaje, está obsesionado con las drogas y no muestra sus emociones. ¿Cómo lo construyó?

R.: Lo primero que hago cuando sé cuál personaje voy a interpretar es tratar de entender su situación y buscar las similitudes que existen conmigo. Andy es muy distinto a mí, he tenido que entenderlo, estudiarlo, analizarlo... Sydney me ayudo mucho a darle forma. He trabajado durante muchos años en el teatro y sé como representar un personaje sin necesidad de meterme dentro de su piel. Me gusta entrar y salir de los papeles que represento, no vivirlos.

P.: ¿Es muy distinto crear un personaje para una obra de teatro que para el cine?

R.: Es muy diferente. En el cine repites una y otra vez la escena hasta que queda perfecta, la interpretación es más sutil, mas técnica; en el teatro hay que proyectar la voz, llegar a todos los rincones de una sala abarrotada de gente, sin la oportunidad de repetir escenas y, sin embargo, puede ser más gratificante porque requiere un nivel de concentración muy superior.

P.: ¿Cuándo disfruta mas de la actuación?

R.: Diría que en el teatro. Si consigo convencer al publico, es que he hecho bien mi trabajo y eso es para mí una droga. Tratar de convencer al publico se ha convertido en una adicción para mi

P.: ¿Hay algún personaje que le gustaría que el publico recordara mas que otro?

R.: Quiero que el público se acuerde de cualquiera de mis personajes, no de mí. Llevo quince años en esta profesión y he trabajado en grandes películas. La mayor parte de la audiencia conoce mi nombre, pero no mi rostro, y eso es lo más grande para un actor porque quiere decir que me reconocen por mis personajes, no por mi imagen publica.

En privado

P.: Ha hecho cuarenta películas en quince años, ha rodado con grandes directores y grandes actores, ha ganado un Oscar y, aun así, prefiere el anonimato.

R.: Pienso que la vida de un actor debe mantenerse en privado, es importante para hacer bien mi trabajo que el publico no me reconozca. Es imposible convencer a la audiencia de que eres el personaje que interpretas si conocen al detalle toda tu vida. Si el publico me empieza a mirar a mí y piensan que me acabo de divorciar o cualquier otra cosa parecida, quiere decir que no estoy haciendo bien mi trabajo como actor

P.: ¿Le gusta combinar proyectos de estudios grandes con películas "independientes"?

R.: Todas pertenecen a la misma maquinaria, todas son grandes para mí. Tal vez estoy exagerando, pero lo cierto es que no encuentro ninguna diferencia entre rodar un filme comercial y una película de las llamadas independientes. Unas tienen mas presupuesto para el "catering" y otras menos pero el trabajo y las necesidades son las mismas.

P.: “Capote” le brindó el Oscar. ¿Ha cambiado su perspectiva desde entonces?

R.: No, no me afectó. Cada interpretación sigue siendo estresante, aunque en ocasiones es divertido. Aunque estoy agradecido por las oportunidades y la respuesta del publico. Cuando te alaban, tu ego se siente muy bien, lo reconozco

P.: De hecho, usted ya es famoso...

R.: Algo ha cambiado en mi vida, la gente me presta atención y de vez en cuando eso me perturba. Sé que parece dramático, pero cuando de pronto la atención se centra en tu persona tu perspectiva cambia. Me miro en el espejo y pienso: "sí, tú eres el tipo del que habla todo el mundo, eres el tipo que ha ganado el Oscar". Estoy agradecido, pero es raro, muy raro, y logra confundirme

P.: ¿Debería sentirse feliz?

No. Todo en la vida tiene un precio. Mi trabajo es bueno, pero requiere un desgaste emocional, porque obliga a pasar mucho tiempo mirando hacia dentro, hacia ti mismo, y eso no es siempre saludable. Es cuestión de elegir qué quiere cada uno y pagar el precio, y es importante abandonar la fama durante un tiempo y convertirse en alguien normal, porque si no el desgaste pasa factura.