Alberto Fujimori, de vuelta a prisión. / Archivo
Perú

La familia de Fujimori evita pedir el indulto para no agravar su depresión

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La familia del expresidente Alberto Fujimori, en prisión por una condena de 25 años de cárcel, descarta por completo pedir su indulto en este momento para no agravar la depresión que padece, según ha explicado el abogado del exmandatario, César Nakazaki. "Hemos presentado una carta al presidente Alan García, al primer ministro, al ministro de Justicia y al presidente del Poder Judicial donde estamos desautorizando cualquier petición de indulto que no sea canalizada por la familia y el abogado, previa opinión de sus médicos", explicó Nakazaki.

Con ello, la familia y el abogado desautorizan la petición de indulto presentada ayer por el ciudadano Víctor Serna Lamas, exsubprefecto de la localidad de Chepén (norte del país) por ser un "indulto inconsulto". Nakazaki asegura que su paciente se encuentra en la paradoja de "calificar jurídicamente" para el indulto, al tiempo que los médicos desaconsejan rotundamente que Fujimori "sea sometido a ninguna situación de presión emocional o de grave estrés" como la que supondría un proceso de indulto, máxime si es denegado.

Depresión severa

Según el letrado, Fujimori ya sufre desde hace semanas un "depresión severa" (que le ha hecho perder 15 kilos de peso) y que ha llegado a afectar a su consciencia, pues a veces "no tiene comprensión de los temas en discusión" y le resulta difícil tener una comunicación fluida con él.

"Está en manos de un psiquiatra" y tomando su medicación, añadió Nakazaki, quien dio a entender que su defendido ya no practica la jardinería ni la pintura, actividades con las que ocupaba su tiempo durante sus primeros años en prisión. "En resumen, (nuestra posición) no es por carecer de fundamentos jurídicos, sino por no ser conveniente para mi defendido (pese a que) el indulto sería la vía más rápida", declaró.

El derecho al indulto de Fujimori ha sido contestado por otros juristas al asegurar que no se aplica a los delitos de lesa humanidad (como los cometidos por Fujimori), pero Nakazaki contradijo esta tesis al afirmar que "procede para cualquier tipo de delito" y que "las penas pueden quitar ciertos derechos, como la libertad, pero no la salud".