UN DERBI SIEMPRE ES UN DERBI

Son tres puntos, nada más allá de eso. Falso, totalmente falso. Eso queda muy bien de cara a la galería, pero lo cierto es que en el partido de mañana se juegan más que tres puntos. Un derbi siempre es un derbi y el duelo entre Cádiz y San Fernando no iba a ser menos. Faltaría más.

Cuentan los más veteranos que en su época siempre existió el ‘pique’ entre ambos clubes. Lógico y natural. Posteriormente, con las dos escuadras en categorías diferentes temporada tras temporada es normal que las rencillas pasaran a mejor vida, pero la rivalidad siempre está ahí. Una rivalidad sana, alejada de polémicas absurdas que no llevan a ningún lado, sin trifulcas sin sentido, pero, a fin de cuentas, una rivalidad. ¡Qué monótono sería el fútbol sin partidos de este calibre!

Y es que, aunque todos vivimos en una ‘macrociudad’ llamada Bahía de Cádiz, es lógico que el isleño se sienta isleño y el gaditano sufra y disfrute por los colores de su Tacita de Plata. Por eso, los seguidores azulinos gozarán como nunca viendo al San Fernando llegar al Ramón de Carranza en tercera posición de la clasificación y con opciones de acabar la jornada en lo más alto de la tabla. ¿Quién lo diría?

Ese trayecto en coche o tren hacia Cádiz no será tan corriente como otras veces. Mañana tendrá un color especial. Y no es para menos, pues allí espera un equipo amarillo que, pese a estar en horas bajas, buscará nuevas alegrías en una temporada complicada. Y esa escuadra no estará sola, pues se encontrará arropada por una afición que apoyará durante los 90 minutos, aunque esté cansada de tantas y tantas cosas.

Sin lugar a dudas, un bonito enfrentamiento en febrero, el mes más gaditano. Y ahora que ruede el cuero entre dos ciudades hermanas pero, al mismo tiempo, tan diferentes.