Los neoyorquinos ya disfrutan de la nueva línea de metro de la Segunda Avenida
Los neoyorquinos ya disfrutan de la nueva línea de metro de la Segunda Avenida - AFP

El Año Nuevo da vía libre al metro de Nueva York

Los ciudadanos reciben incrédulos la apertura de la línea de la Segunda Avenida, un proyecto que se planificó en 1920 y cuyas obras comenzaron en 2007

Corresponsal en Washington Actualizado: Guardar
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La poblada capital financiera del mundo ha visto convertida en realidad la noble aspiración de que el Año Nuevo llegue cargado de buenas noticias. Nueva York abraza 2017 con la apertura de una línea de metro, la de su Segunda Avenida, que en el primer tramo completado añade tres paradas a las de Upper East Side, el área de Manhattan más dejada de la mano del célebre medio de transporte neoyorquino. Décadas después de frustrados intentos de impulsar el proyecto, los ocho millones y medio de ciudadanos que habitan la zona, mayoritariamente de limitado poder adquisitivo, ya habían hecho oídos sordos de las promesas de los políticos. En medio de la emoción, no exenta de lágrimas, los incrédulos usuarios han empezado a disfrutar del nuevo servicio. Con su incorporación, el metro de Nueva York suma ya 472 paradas, que lo consolidan como el más grande del mundo.

Un moderno recurso abandonado durante tantos años que el nuevo presidente, Donald Trump, pretende convertir en debate nacional, mientras los habitantes de la Gran Manzana elevan sus quejas con una mezcla de amor y odio hacia su emblemático medio de transporte, que sienten como propio pese a su mejorable aspecto y funcionamiento. La noticia publicada recientemente de que el precio del billete simple alcanzará los tres dólares en marzo (la segunda subida en un año), combinada con los continuos retrasos y aglomeraciones en muchas líneas, contribuye a afear la imagen de la Autoridad del Transporte Metropolitano, de por sí deteriorada.

Ahora, 4.400 millones de dólares de inversión después, se ha hecho realidad al fin el nuevo recorrido de los trenes Q, que se extenderá hacia el sur de Manhattan en futuras fases, en un progresivo acercamiento a Brooklyn. Con la excepción de la estación de Hudson Yards, en Far West Side, abierta en 2015, el nuevo tramo constituye la primera ampliación del metro de Nueva York en un cuarto de siglo.

La línea de la Segunda Avenida se había convertido para la ciudad en la obra de nunca acabar. Después de que fuera propuesta por primera vez en 1920, el proyecto resultó aprobado y después abortado en diferentes ocasiones. En 2007 se inició su construcción, después del definitivo acuerdo con el Gobierno federal. Aunque estaba prevista su inauguración en 2013, los continuos retrasos fueron demorando la ejecución, que necesitó de nuevo impulso y de las presiones políticas del gobernador de Nueva York, Andrew M. Cuomo, para que el compromiso de inaugurarlo con la entrada de 2017 fuera inamovible. Aunque la autoridad del metro corresponde al Estado, y no al Ayuntamiento, los ojos de los ciudadanos suelen mirar más a su alcalde, el también demócrata Bill De Blasio, para lo bueno y para lo malo. Ello ha llevado a Cuomo a esforzarse para que en la campaña publicitaria se aprecie esta vez a las claras quién ha sido el Papá Noel de los neoyorquinos.

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