Hibernar para tratar la obesidad

Un estudio identifica ‘áreas’ del genoma ligadas a este proceso y a la obesidad, y sienta las bases para muchas nuevas vías de investigación

Los investigadores se centraron en cuatro mamíferos hibernantes que se encuentran en diversos hábitats en todo el mundo: la ardilla terrestre de trece líneas, el pequeño murciélago marrón, el lémur ratón gris y el tenrec menor o erizo de Madagascar Archivo

R. I.

La hibernación es una de las características más extrañas de la naturaleza. Osos y otros mamíferos acumulan un peso excesivo, cantidades que no serían saludables para los humanos, para sobrevivir meses dormidos. Sin embargo, cuando estos animales se despiertan, están más en forma que nunca. Ahora, los científicos de la Universidad de Utah (EE.UU.) aseguran haber hallado nuevas pistas genéticas sobre este fenómeno que podrían conducir a una mejor comprensión y tratamiento de la obesidad y los trastornos metabólicos que afectan a millones de personas en todo el mundo.

«Los animales que hibernan han desarrollado una capacidad increíble para controlar su metabolismo», afirma Christopher Gregg. «Las alteraciones en el metabolismo están relacionadas con el riesgo de muchas enfermedades diferentes, como la obesidad, la diabetes tipo 2, el cáncer e incluso la enfermedad de Alzheimer. Creemos que conocer las áreas del genoma que están vinculadas a la hibernación nos ayudará a aprender cómo controlar los riesgos de algunas de estas enfermedades ».

Y ya tienen la primera pista: el estudio ha visto que estas áreas del genoma estaban ocultas en el 98 por ciento del genoma que no contiene genes, lo que se denomina 'ADN basura ". El trabajo se publica hoy en «Cell Reports».

El equipo de Gregg y Elliot Ferris ya había examinado en estudios anteriores los genomas de mamíferos en busca de evidencia de ‘interruptores’ genéticos o elementos reguladores que pudieran ayudar a explicar por qué ciertos animales desarrollan ‘superpoderes biomédicos ’, como la resistencia al cáncer en que tiene los elefantes o la resistencia a los coágulos de sangre de los delfines . En esos trabajos encontraron miles de nuevos elementos genéticos que ayudan a revelar partes del genoma humano asociadas con esos rasgos.

Ahora, Gregg y Ferris han tratado de determinar si las especies en hibernación podrían ayudar a detectar partes del genoma que juegan un papel importante en el control de la obesidad .

Los investigadores se centraron en cuatro mamíferos hibernantes que se encuentran en diversos hábitats en todo el mundo: la ardilla terrestre de trece líneas, el pequeño murciélago marrón, el lémur ratón gris y el tenrec menor o erizo de Madagascar. Después de comparar sus genomas, los investigadores concluyeron que estos mamíferos habían desarrollado fragmentos de ADN cortos , no codificantes, llamados regiones aceleradas paralelas . Descubrieron que estas regiones están ubicadas desproporcionadamente cerca de genes vinculados a la obesidad en humanos.

Para corroborar dicho vínculo, examinaron los genes involucrados en el Síndrome de Prader-Willi (PWS) , un trastorno genético humano que desencadena el apetito insaciable y conduce a la obesidad mórbida. Descubrieron que los genes vinculados a esta enfermedad también tienen más regiones aceleradas de hibernación en comparación con los genes no asociados con el síndrome.

Gregg y Ferris creen que los animales hibernadores han desarrollado formas de ‘desactivar’ elementos genéticos específicos que controlan la actividad de los genes de la obesidad en comparación con los mamíferos que no hibernan

Teniendo como base estos resultados, Gregg y Ferris creen que los animales hibernadores han desarrollado formas de ‘desactivar’ elementos genéticos específicos que controlan la actividad de los genes de la obesidad en comparación con los mamíferos que no hibernan. Estos elementos recientemente descubiertos podrían mejorar nuestra capacidad de aprender a evaluar y controlar los riesgos de obesidad en humanos.

En total, los investigadores identificaron 364 elementos genéticos potenciales que podrían tener un papel en la regulación de la hibernación y la obesidad. Actualmente están probando estos componentes en ratones de laboratorio utilizando la tecnología especializada de edición de epigenomas CRISPR desarrollada.

«Dado que la obesidad y el metabolismo están relacionados con el riesgo de tantas enfermedades diferentes, el descubrimiento de estas ‘áreas’ del genoma es sienta las bases para muchas nuevas vías de investigación –señala Gregg-. Ya tenemos nuevos proyectos para el envejecimiento, la demencia y el síndrome metabólico».

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