CONTUNDENTE. Chaves, durante su intervención. / MILLÁN HERCE
ANDALUCÍA

Chaves destaca que España no se rompe con el proceso de reformas

El presidente asegura que el Congreso y el Senado mejorarán el nuevo texto para adaptarlo a las necesidades del Estado

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Más que de una reforma, se trata de un nuevo Estatuto para Andalucía que refleja los valores en los que coincide de forma muy mayoritaria la sociedad andaluza y que son el resultado del camino democrático recorrido en estas casi tres décadas de democracia.

Este es el hilo conductor que eligió el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, para encauzar un discurso histórico en una jornada histórica. El articulado que se aprobó ayer será el referente para toda una nueva generación de andaluces.

Más allá de esta lógica lectura autonómica, el presidente puso en valor la nueva norma básica andaluza que, a su juicio, va a servir como brújula en el actual proceso de reformas estatutarias que vive el resto del Estado. «España no se va a romper y menos que nadie lo va a hacer Andalucía, porque los andaluces nos sentimos plenamente españoles, orgullosamente españoles», sentenció Chaves.

El mandatario insistió en que el Estado de las Autonomías que está en la Constitución compagina eficazmente la singularidad de cada territorio y cada sociedad con la unidad de España y, también, con la solidaridad de todas las comunidades que integran España.

Chaves se jactó, en esta misma línea argumental, de que Andalucía ha vuelto a hacer una importante contribución a la modernización del Estado Autonómico.

En cuanto al Estatuto que se aprobó ayer, lo definió como: Avanzado, innovador, con un marcado carácter progresista que, independientemente de las formaciones que lo apoyan, es un Estatuto útil para todos que puede servir, a cualquier formación que gobierne en Andalucía, para sacar adelante sus proyectos.

Constitucional

A Chaves no le importó pecar de repetitivo a la hora de hace alusiones a España y a la Constitución. Era, sin duda, una opción meditada. Y la Carta Magna española es, precisamente, el único techo que se ha puesto este Estatuto. El presidente expuso que «el deseo de máximo autogobierno no está fundamentado en el deseo de arrebatar nada a nadie, sino que pretende aquilatar qué poder público está en las mejores condiciones de hacer lo que más beneficie al ciudadano». Y esta interpretación la apuntaló con la visión de un articulado andaluz que despeja cualquier duda sobre la posibilidad de un desarrollo asimétrico del Estado de las Autonomías.

El presidente hiló fino para justificar su postura ante la referencia a la realidad nacional de Andalucía, elemento en el que justifica basicamente el PP su negativa a esta ley.

Realidad nacional

Chaves destacó la conveniencia de recordar la historia frente a lo que calificó de memorias interesadas. Destacó que la definición de Andalucía ya aparecía en el texto de 1981, aunque de manera un tanto enrevesada, fruto de las circunstancias históricas del momento -estaba muy reciente el fallido intento golpista del 23-F-. «Lo que hacemos ahora es simplificar y clarificar esta redacción, definiendo a Andalucía como una nacionalidad histórica, el mismo concepto que se plasma en otros estatutos de autonomía», apostilló Chaves. En cuanto a la expresión realidad nacional, el máximo responsable del PSOE-A abundó: «No es más que una reafirmación coherente y consecuente de esa definición de Andalucía como nacionalidad».

El presidente dejó abierta la puerta a posibles modificaciones del Estatuto en el Congreso de los Diputados, siempre que sirvan para mejorar lo aprobado. Esto puede suponer el último intento de aglutinar más apoyos y, en cualquier caso, evitar que en el referéndum de febrero del año próximo, alguna formación andaluza salga a la calle pidiendo el «no», algo que sería más delicado.