SONÓMETRO. Medición de sonido en la última motorada./ J. C.C.
Jerez

Vecinos contra escapes: primer asalto

Los colectivos vecinales plantean iniciativas diferentes para enfrentar la motorada

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La Motorada 2006 va camino de convertirse en la más polémica de los últimos años. Al margen del cuestionamiento generalizado del dispositivo de seguridad del Gran Premio, las molestias ocasionadas por los miles de moteros que toman la ciudad durante ese largo fin de semana siguen siendo objeto de debate entre asociaciones y colectivos vecinales, casi quince días después de que se apagara el runrún de los tubos de escape.

Si Solidaridad anunciaba hace relativamente poco que los representantes de las zonas afectadas habían acordado la constitución de una plataforma «que coordinara las demandas de todos los vecinos y se las planteara a las administraciones de manera consensuada», en Plaza del Caballo decidieron ir más allá antes de que «pasen los meses y la gente se olvide del tema».

Además, el conflicto en el seno de esta asociación vecinal está servido, porque Santiago Zurita, presidente de la misma, comunicó ayer a este periódico su intención de «dimitir en firme, ya que el envío del comunicado se ha realizado a mis espaldas y sin legitimidad legal, puesto que la Junta directiva no había tomado una decisión al respecto, y en todo caso se ha actuado de manera particular».

Entre las iniciativas planteadas por plaza del Caballo destaca la puesta en marcha de una página web para «canalizar las quejas de todos los ciudadanos que se sientan afectados el desmadre motero», y el encargo a servicios jurídicos especializados de que analicen la posibilidad de llevar al Ayuntamiento a los tribunales. Mientras tanto, en Divina Pastora, continúa la recolección de firmas por si «después de agotar la vía administrativa, nos vemos obligados a denunciar colectivamente». Entre los vecinos de la plaza del Caballo el sentimiento de «impotencia» es casi unánime. José Rodríguez Bermejo, de 63 años, optó este año por «ir a dormir al piso de mi hijo, en Hipercor, porque en la última motorada me puse de los nervios, e incluso tuve problemas con la tensión».

Juan Jiménez Rico, también abandona la zona: «Aguanté un par de años, pero me di cuenta de que no merecía la pena, sobre todo por los niños, aunque tenga que pagarme un hotel en cualquier pueblo de la Sierra».

Ambos se muestran favorables a que «se plantee al Ayuntamiento un ultimátum, puesto que si se tiene que mantener la motorada debería hacerse en otras condiciones".

Según un estudio sonométrico elaborado por LA VOZ en la última edición del Gran Premio, los vecinos que viven de cerca la 'gymkhana' pueden llegar a sufrir picos sonoros 90 dBA, cuando médicamente se entiende que cualquier ruido que supere los 70 dBA ya supone una alteración considerable del sistema nervioso, e incluso puede afectar al oído si se mantiene de forma prolongada. Ana Isabel Fernández lo ha sufrido en la práctica: "Tiemblan los cristales, sobre todo con los acelerones y cuando hacen que las motos petardeen, algo que no tiene ningún sentido, salvo el de molestar por molestar". Antonio Pascual no lo entiende, pero lo asimila «en función de un bien mayor para la ciudad, porque aunque estemos muy fastidiados durante dos o tres días, hay que pensar también un poco en los hosteleros que hacen una buena caja, y en el nombre que el Gran Premio le da a Jerez».

Desde Solidaridad se mantiene una postura parecida: «Nosotros no vamos a entrar en cuestiones internas de las asociaciones, pero aunque haya particulares o colectivos que se hayan planteado la vía jurídica, entendemos que la fórmula de gestionar esta cuestión es la Plataforma, un ente representativo de todos, en el que las decisiones se tomen tras debatir largamente y de la que salgan propuestas concretas al Ayuntamiento y a otras administraciones. Si no se consiguiera nada somos los primeros en defender que habría que pensar otras alternativas».

Vía Penal, recogida de firmas, constitución en plataforma de colectivos vecinales afectados, preguntas en el senado al ministro del Interior, posicionamientos exigentes de la Policía Local... ¿Hasta cuando durará la motorada de 2006?