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La pegada y la efectividad acercan al Real Madrid a la siguiente ronda

El Athletic no tuvo gol y sufrió la calidad del rival con una gran acción entre Guti, Robinho y David Beckham cuando peor lo pasaba el conjunto blanco

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La pegada decidió el estreno copero del Real Madrid, que con su victoria en San Mamés acaricia ya los cuartos de final a la espera del partido de vuelta del próximo jueves en el Bernabéu. El Athletic volvió a maldecir su falta de gol y a sufrir una vez más la calidad del Madrid en ataque. Esta vez no estaba Ronaldo, pero sí otros jugadores de clase, y cuando peor lo pasaban los blancos, resolvió una gran acción entre Guti, Robinho y Beckham. El inglés culminó un contragolpe demoledor para el equipo de Javier Clemente, y aunque el Athletic fue superior en la segunda parte y tuvo ocasiones más claras, careció de remate. El Madrid, sin embargo, con más oficio que fútbol, no perdonó, y con su gol acabó con el partido y, prácticamente, también con la eliminatoria.

Athletic y Madrid ofrecieron una primera parte de alto ritmo, con escaso control, pero muy atractiva, con constantes alternativas, llegadas y ocasiones, con los locales dominando en la recta final previa al descanso, aunque sin puntería. El Athletic tenía muy clara su estrategia, con mucho físico y balones largos hacia el área buscando los rechaces de la defensa blanca, que aunque se mostró algo insegura salió airosa en el primer tiempo. El Madrid tampoco consiguió hacerse con el control, pero al menos, hasta el descanso tuvo mayor presencia ofensiva, con Robinho muy participativo, y Guti en una posición más adelantada que la del medio centro. Él fue el jugador visitante con las ideas más claras al superar el medio campo, aunque Robinho también rindió a un buen nivel. Gracias a ellos, además, llegó el gol de la victoria..

Aunque el Athletic y San Mamés empujaron desde el principio, en la primera mitad el Madrid no dejó intimidar, aunque tocó sin demasiado sentido en el centro del campo y sufrió en defensa ante los intentos de Etxeberria y Aduriz. Así, Diego López tuvo que evitar un par de goles, al ex delantero del Valladolid, y ante Julen Guerrero cuando se acercaba el descanso. Pero a Aranzubia también le tocó responder un par de veces, frente a un Madrid con mucha movilidad en el medio campo y en ataque -aunque Baptista volvió a estar nulo-, y por detrás de una defensa que arriesgó demasiado con el fuera de juego. El 0-0 confirmaba la igualdad en el terreno de juego, sin un dueño, y también la escasa pegada arriba de ambos frente a porteros muy solventes.

En la segunda parte, en cambio, sólo hubo un equipo, el Athletic, que no dejó de insistir sobre la portería de Diego López y tuvo jugadas ofensivas brillantes. El Athletic llegaba con mucha claridad y rapidez y el Madrid fue desbordado en defensa en varias ocasiones, sobre todo por la izquierda, donde Etxeberria desbordó a un Raúl Bravo asustado ante el extremo guipuzcoano. El nerviosismo madridista quedó evidenciado con las pérdidas de balón cerca del área ante un Athletic crecido que estaba volcado, aunque no supo aprovechar sus oportunidades. Así le ocurrió a Guerrero, desafortunado en el remate, aunque el Madrid estaba peligrosamente encerrado atrás.

Clemente, sin embargo, decidió retirar a uno de sus grandes puntales, Etxeberria, y el Madrid lo agradeció, aunque siguió sufriendo atrás. López Caro sorprendió también al quitar a Soldado y adelantar a la punta a Baptista, y fue entonces cuando el Athletic acarició el gol. Lo tuvo en sus pies Llorente, e inmediatamente después llegó la jugada decisiva entre Guti, Robinho y Beckham, con el inglés en el puesto de delantero para sorprender al rival. Fue un mazazo para el Athletic.