PAN Y CIRCO

Restos

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Bueno. Llegó el 2006, el año de la guerra total contra el tabaco. Creo que si se invirtiera todo el dinero y todas las ganas que se han puesto en esta campaña en erradicar cosas como el hambre lo conseguiríamos, pero bueno. Todo empezó igual, siempre nos pasamos en comprar comida y ahora me voy a pegar un par de días comiendo de las sobras de la famosa cena. Pero la diferencia es notable, pues lo que fue buenísimo ya no lo es tanto, y aquellas gambas tan frescas hoy te saludan cuando abres el frigorífico, y aquellos canapés tan jugosos y sabrosos, ahora mismo parece que todos sus ingredientes están soldados al trocito de pan, que también esta más duro y con los picos doblados hacia arriba. Vamos, que ya no es un canapé, es un azulejo sevillano. Pues en esto del fútbol es igual, y por más años que pasen, nunca escarmentamos y siempre caemos en lo mismo. Año nuevo vida nueva, ¿y un mojón! Lo mismo que yo he dejado de fumar todos los días uno de enero pero el dos vuelvo a caer, los equipos de fútbol prometen no parchear sus defectos con fichajes de invierno y todos vuelven a caer. Es como un vicio. Se pueden contar con los dedos de las manos y nos sobraría una, los fichajes invernales que hayan triunfado, pues está claro que si un futbolista está jugando de muerte en su equipo no lo van a vender, ¿no? O el Barcelona iba a vender ahora a Ronaldinho ¿ja, ja! Por lo tanto son restos. Porque, además, si son tan buenos, ¿por qué no se ficharon al principio? ¿Anda ya! Encima siempre se traen jugadores sudamericanos, donde sus ligas ya han terminado, con lo cual llegan hartos de jugar y cansados, y suelen lesionarse a la primera patada. Pero peor es la opción de uno que no tenía equipo y ha estado entrenándose por su cuenta o con el equipo de su barrio. ¿Un regalito! Son los restos de los fichajes que no quiere nadie. Pero como el Cádiz es el Cádiz y como somos tan pobrecitos, sólo nos cabía la esperanza de que en la cena de fin de año comiéramos berza, que eso si está mejor de un día para otro.