Álvaro Ybarra Pacheco, Director de ABC de Sevilla

El momento de Abengoa

Nos encontramos ya en la semana clave para que el «pool» de bancos acreedores inyecte liquidez a Abengoa y se pueda hacer frente a los pagos más urgentes

Álvaro Ybarra Pacheco, Director de ABC de Sevilla
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En España somos expertos en dar prioridad a la búsqueda de culpables en cualquier crisis que se nos ponga por delante, lo cual suele entorpecer, retrasar y en ocasiones frustrar las soluciones que pudieran arreglar al menos parcialmente el desaguisado. Como escribía ayer en estas mismas páginas Luis Montoto ha brotado en nuestro país durante las últimas semanas un nutrido grupo de «abengólogos». Este equipo de «expertos» cantamañanas no sólo sabía desde hace años que la principal compañía industrial andaluza iba a entrar en una crisis de supervivencia sino que además ha establecido ya quienes son los culpables de la situación antes aun de que se delimiten sus causas.

Está claro que para llegar a la dramática situación actual de Abengoa han tenido que concurrir numerosos errores de gestión.

Pero para cualquier analista mínimamente informado es evidente que la compañía ha entrado en barrena por una concatenación de circunstancias adversas que se han conjugado en el peor momento, entre las cuales, repito para solaz de los más agoreros, está en lugar destacado los errores de gestión.

Una vez dicho lo anterior nos encontramos ya en la semana clave para que el «pool» de bancos acreedores inyecte liquidez a Abengoa y se pueda hacer frente a los pagos más urgentes, entre ellos las nóminas y la extra de Navidad, y se ponga en marcha un plan de viabilidad que evite su liquidación. Para calibrar el impacto que tendría en una economía como la andaluza la desaparición de la compañía baste espigar tres datos: Abengoa cuenta con casi 30.000 empleados directos en el mundo, 6.000 de ellos en Sevilla, más otros varios miles de empleados indirectos. Los 500 millones de inversión en I+D+i efectuados sólo en 2015 por la multinacional sevillana han generado más de la mitad de las patentes registradas en Andalucía, que se ha convertido gracias a ello y por primera vez en su historia en exportadora de tecnología. Y tercero, en la actualidad la compañía tiene una cartera de proyectos adjudicados de 8.000 millones de euros. Estas cifras demuestran que no estamos ante la crisis de una simple compañía de ingeniería y construcción, sino de una empresa tecnológica que aporta todo su potencial de conocimiento a una comunidad como la andaluza, con un 30 por ciento de paro. Sería por tanto una cuestión estratégica para Andalucía que pudiera ponerse en marcha el plan de viabilidad que haga posible que al menos una parte del empleo y la «inteligencia» generados durante décadas pueda quedarse aquí. Y más tarde analizaremos las causas y buscaremos culpables.

@aybarrapacheco

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