Madrid y Sevilla

POCO tiene que ver, o eso puede pensar cualquiera, el Gobierno de España con la Semana Santa de Sevilla, pero a mí se me está pareciendo bastante ese turno de consultas del Rey con Rivera, Sánchez, Iglesias y Rajoy y esas reuniones en la sevillana calle San Gregorio, que si por aquí, que si por allí, que si tú primero, que yo no paso el último… En las entrevistas con el Rey, Sánchez, Iglesias, Rivera y Rajoy exponen, supongo, lo que consideran mejor para su partido y para España, y en las reuniones, consultas o sondeos del Consejo General de Hermandades y Cofradías con algunas hermandades de la Madrugá, supongo que los miembros del Consejo proponen lo que consideran mejor para la Semana Santa, y supongo que los hermanos mayores, sin dejar de querer eso mismo, barren para su casa y ponen por delante a su hermandad.

Y a estas alturas, ni tenemos claro quién saldrá investido presidente del Gobierno, quiénes vicepresidentes, y, aquí, si todo va a seguir como está o si habrá cambios duraderos…

El Plan Nieto, nombre que recibe por mi querido Manolo Nieto, vicepresidente del Consejo, siempre tendrá una voz más o menos de la familia que le diga no, y siempre tendrá una buena voluntad que lo apoye. El presidente del Consejo, supongo, ya no sabrá el buen hombre para dónde tirar y qué decidir, y al otro lado —y lo digo por ir situando, no por establecer frentes—, las razones de algunos hermanos mayores, tan dignas de respetar como las del más pintado. Y en medio, el árbitro. Y a estas alturas no sabemos si el árbitro va a pitar falta en contra de uno, falta en contra del otro, fuera de juego o bote neutral. Todo menos suspender el partido, claro, que a ver quién se mete ahí, en la Madrugá, y no tiene en cuenta los nombres de más peso. Un lío, en Madrid y en Sevilla. En la cabeza de Rajoy no cabe el plan de Podemos que quiere meterle Iglesias; los flecos de Sánchez, que según sople el viento dan unas veces en la pared y otras en su propia cara, no tienen la justa medida que requiere la idea de los populares; Rivera es como una hermandad de vísperas que quiere meterse en la Madrugá sin pasar por otro día; y aquí andamos con el palio del Calvario, que no cabe por la calle San Roque, y el turno del yo primero y después tú, o del yo no me muevo de aquí porque no tengo por qué moverme, o del yo no tiro por esa calle porque no es plan. En Madrid no hay Gobierno claro y aquí se pone más oscura la Madrugá. Y por si fuera poco, el mosquito que pica y contagia el virus Zika, ya está dando zancadas por la piel de España. Yo te digo a ti que no sé para dónde voy a tirar.

antoniogbarbeito@gmail.com