Un paso adelante necesario

No es una fiesta completa si todo el mundo no se divierte. De la misma manera, no podrá hablarse de recuperación integral de la economía gaditana hasta que todos los sectores se hayan levantado. Cierto es que hay que ser realistas y esperar a que lo vayan haciendo poco a poco, cada uno a su ritmo, sin prisa pero sin pausa, pero hay que extender esa recuperación. Como un efecto dominó, sucede lo contrario de lo que ocurrió desde aquel fatídico 2008: ahora la recuperación de un sector va levantando poco a poco el siguiente, como confirman las buenas cifras de la evolución del desempleo que se publican mes a mes. (Huelga decir que son buenas en comparación con el panorama que padecía la provincia.)

La recuperación del sector comercial gaditano es un hecho. Si hace unos años daba pena, miedo, melancolía contemplar cómo se iban vaciando locales, ahora reverdece la esperanza con la aparición de nuevas iniciativas comerciales, ya sea de multinacionales y franquicias como de empresarios locales que se atreven a dar el salto de calidad, cada vez es menos frecuente encontrarse escaparate con el lánguido cartel de ‘Se alquila’ mientras el tiempo inmisericorde va amarilleando los papeles de periódico que protegen el cristal.

En Cádiz capital, ha sido la ‘milla de oro’ del comercio la que más ha notado esa recuperación. Si hasta hace dos, tres años pasear por esta zona de la ciduad era como hacerlo por un escenario del ‘Far West’ en el momento de duelo, ahora puede recordar a de las capitales más pujantes. El reto ahora pasa porque ese buen momento del comercio se extienda al resto de la capital y no se acote a esa zona en concreto. De momento, los comerciantes ya están haciendo esfuerzos por atraer a los visitantes, sabedores de que el maná rara vez cae del cielo. Los turistas, y en especial los cruceristas, son el claro objeto de deseo de los que quieren ver repuntar su negocio.

Desde las administraciones públicas también deben fomentarse iniciativas que atraigan a más comparadores a los comercios del resto de la ciudad para que, en la recuperación, todos puedan participar. Sobre todo porque cuando arreció el temporal de la crisis, no hubo piedad para ningún comerciante.