El peor mayo para el empleo

Los datos de paro de mayo, conocidos ayer, apuntan a una recuperación de la afiliación a la Seguridad Social en casi 100.000 personas, lejana en cualquier caso a todo el terreno perdido desde marzo (950.000 cotizantes menos). Mayo se cierra como el peor mes para el desempleo en seis décadas. Tradicionalmente, el quinto mes del año suele ser bueno en datos de empleo, ya que las contrataciones previas a la temporada de verano suelen tirar del mercado laboral. Sin embargo, el número de parados ha continuado creciendo en 26.573 personas y se acerca cada vez más a los cuatro millones, cifra que no se alcanzaba desde abril de 2016. Si se compara con los datos de hace un año, hay 778.285 parados más. Estas cifras, además, siguen sesgadas por los ERTE, en gran parte por causas ligadas al Covid-19. Una vez que algunos sectores han podido reactivarse, los afectados por la regulación temporal de empleo descendieron en más de 450.000, pero todavía quedan casi tres millones de trabajadores en esta situación. Además, de los 2,9 millones que están en un ERTE, 2,6 millones se encuentran en un expediente por fuerza mayor.

Convendría que el Gobierno tuviese en cuenta el tenebroso horizonte que se ha abierto para el empleo y dejase de amagar con una irresponsable derogación de la reforma laboral (como la acordada por PSOE, Podemos y los proetarras de Bildu), porque el desastre sería de enormes dimensiones. Por ahora, parece que el «sector Calviño» ha detenido el primer arreón del «sector Iglesias», pero ante la debilidad de Sánchez, sobrepasado por los acontecimientos, y a tenor de las urgencias propagandísticas del Ejecutivo (ese afán por sintonizar con su base electoral, pero sin un fuste económico que lo avale), quizá cada treinta días asistamos al peor mes de la historia, quizá porque el Gobierno también es el peor que se recuerda.