Los accidentes de tráfico en España suponen 11.000 millones de euros anuales

La pandemia ha repercutido de manera importante en la forma de conducir y en la tipología y causas de los accidentes

S. M.

Los resultados de la siniestralidad vial de este verano (provisionales, con fallecidos a 24 horas y solo en vías interurbanas), sumados a los que se produjeron desde el inicio de 2021, junto las victimas contabilizadas desde que se tienen registros en 1960, reclaman la necesidad de seguir adoptando medidas para solucionar el problema de la siniestralidad vial, declarada como pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Según indica Javier Llamazares , director de la Fundación para la Seguridad Vial (Fesvial) y cofundador de Seguridad Vial 2021-2030, «las cifras de accidentes siguen siendo inaceptables y en términos relativos muy preocupantes. Hay que tener en cuenta que ha habido muchos millones menos de turistas extranjeros, lo que significa a su vez muchos millones menos de desplazamientos; las restricciones a la movilidad han dado lugar a una sensible disminución de determinado tipo de viajes por carretera; igualmente los desplazamiento nocturnos -que son los más peligrosos- debido a la situación han bajado de manera muy significativa; no se han celebrado fiestas en las grandes ciudades y pequeños municipios; y un largo etc.».

A su vez, Luis Montoro , catedrático de Seguridad Vial y presidente de honor de Fesvial, indica en relación con los datos de accidentalidad, «como la pandemia ha mostrado hasta que punto las sociedades conducen como viven y como la forma de conducir y la tipología y las causas de los siniestros viales está influida por los acontecimientos que rodean a las personas».

Según Montoro, «se ha comprobado en esta situación de pandemia que los conductores están más distraídos, más estresados, más agresivos y conducen más bajo los efectos de alcohol y drogas. Sabemos además que el consumo de medicamentos psicótropos (ansiolíticos, antidepresivos o hipnóticos) se ha multiplicado, con graves efectos sobre la conducción. A esto se añade el hecho de que los problemas económicos han tenido como consecuencia un menor mantenimiento de los vehículos, con el consecuente incremento de los accidentes por fallo mecánico, especialmente en los neumáticos».

En este contexto, el Montoro lamenta que «no se hayan dado más informaciones a los conductores y desarrollado campañas específicas sobre estos factores de riesgo por parte de las administraciones, algo que hubiera evitado muchos muertos y heridos en nuestras ciudades y carreteras».

A su vez, desde el Foro Seguridad Vial 2021-2030 se respalda el planteamiento de Fiscalía de Seguridad Vial, que comprometida con la protección de las víctimas de los accidentes de tráfico, ha solicitado recientemente la colaboración ciudadana para que se denuncien conductas agresivas y temerarias cuando se maneja un vehículo. Es importante que -como ocurre en muchos países- seamos menos tolerantes socialmente con los conductores que ponen en riesgo nuestras vidas con sus graves imprudencias al volante.

Pensemos además, que como indica el Llamazares, «aunque sea secundario frente al dolor humano del accidente, en términos económicos, el coste de los siniestros viales ( indemnizaciones, hospitalizaciones, daños materiales, bajas laborales, etc. ) viene a significar un gasto directo de unos 11.000 millones de euros anuales, más del 1 % de PIB español según datos de la OCDE. Un brutal desembolso económico que podría dedicarse a mejorar la educación, la sanidad, el empleo, la protección social, la ciencia y la investigación, etc.».

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