d. arranz

Myriam Cortés: «Hay que reordenar el mapa universitario para evitar el mercadeo de títulos»

La primera mujer al frente de la Universidad Pontificia de Salamanca reconoce que aceptó el cargo «haciendo de tripas corazón»

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Myriam Cortés Diéguez (Orense, 1964) acaba de tomar posesión como rectora de la Universidad Pontificia de Salamanca (Upsa), convirtiéndose en la primera mujer que accede a ese cargo, que, revela, dudó en aceptar, aunque la responsabilidad le llevó a dar el sí.

-¿Se ve respaldada?

-Es algo que no puedo negar. El respaldo ha sido tan impresionante que estoy sorprendida.

-¿Le molesta que se destaque tanto que es la primera rectora de la Upsa?

-No me molesta en absoluto. Creo que es un orgullo para la mujer en general. Eso no quita que me parezca una cosa normal o excepcional. Yo no la destacaría especialmente, aunque entiendo que es una novedad, pero anecdótica.

-Mujer en un entorno eclesiástico donde en el poder siempre predominan los hombres.

¿Se lo toma también como un logro?

-No, porque no he hecho nada para ganarme esto. Ha ido todo surgiendo espontáneamente de acuerdo con las normas y ha sido, simplemente, una casualidad forzada por las circunstancias que se han dado.

-¿Dudó aceptar el cargo?

-Sí, y mucho, pero la responsabilidad me llevó a aceptarlo. Entendí que no aceptarlo iba a causar un perjuicio a la universidad y, haciendo de tripas corazón, decidí asumirlo, aún a riesgo de no hacer un buen papel. Nunca jamás esperé ocupar este cargo, ni se me había pasado por la imaginación.

-¿Su condición de laica y madre de cuatro hijos le permite tener una visión diferente de la familia, del mundo real?

-La familia te da un punto de realidad, tienes que tener los pies en el suelo todos los días y a todas las horas, no hay espacio para la fantasía cuando tienes a tu cargo unos hijos, una casa, un matrimonio que llevar adelante y encima compaginarlo con una labor profesional.

-En su primera comparecencia ante los medios de comunicación dijo que «la Iglesia no va a dar con la puerta en las narices a quien aborta». ¿Ha recibido algún comentario crítico por estas palabras o mala cara?

-La verdad es que no, pero tampoco he dado audiencia. No me preocupa en cualquier caso. La Iglesia lo que tiene que hacer es acoger, y el Papa ha sido más consciente de esa necesidad de acoger, de ser madre y esa visión de la maternidad de la Iglesia la dan las mujeres más que los hombres, y Francisco se ha dado cuenta, es muy inteligente en ese sentido.

-Además de la formación académica y la educación en valores cristianos, ¿qué ventaja diferencial tiene la Upsa?

-La primera es que es una universidad pequeña, los profesores y el rectorado son accesibles. Los alumnos que vienen huyen de la masificación, de ser un número más, de que nadie le va a poner jamás cara. Aquí se pone cara a los alumnos, hay un acompañamiento y un seguimiento. El universitario es lo primero, es una persona a la que queremos y como tal queremos formarla lo mejor posible.

-¿Ha notado la pérdida de alumnos?

-Sí. Se debe a una conjunción de factores: la crisis, la enorme multiplicación de universidades y también de oferta de títulos, y la situación del mercado laboral que ha llevado a mucha gente a no hacer una carrera universitaria.

-Entonces, ¿hay que reordenar el mapa universitario?

-Creo que sí y hacer un seguimiento para evitar ese mercadeo de títulos del que a veces se habla y que no beneficia a nadie. Es una decisión política hacer una regulación que no afecte a la autonomía de las universidades, pero sí poner una serie de límites para no llegar al absurdo como en algunos casos.

-¿Le preocupa la financiación?

-Sí, porque nosotros tenemos que autofinanciarnos. La Universidad tiene que ser viable y funcionar económicamente. Quiero que tenga dinero para que pueda repercutir de nuevo en la sociedad a través de becas, ayudas y servicios sociales. Esa es nuestra función.

-¿Cómo enfocará la relación con la Universidad de Salamanca?

-Ya he hablado personalmente con el rector, Daniel Hernández Ruipérez. Hemos manifestado nuestro deseo de colaborar y trabajar en favor de la ciudad. Ellos nos valoran muchísimo, tenemos un prestigio ganado a pulso a lo largo del tiempo en todo el mundo. Somos un concepto diferente de universidad, y ésa es la riqueza.

-Y la excelencia, ¿cómo se consigue?

-Trabajando todos y cada uno, y desde arriba apoyando, formando a los profesores. La idea es que los docentes tengan claro cuál es su cometido, que sepan que docencia e investigación van de mano, son inseparables, que queremos que alcancen una excelencia en la investigación para que eso se repercuta en la excelencia de la docencia, que les vamos a ayudar.

-¿Cuál será la primera reclamación que le hará al consejero de Educación de Castilla y León, Fernando Rey?

-De momento, vamos a hablar y ver qué podemos proporcionar para que Castilla y León se sienta orgullosa de nosotros y de lo que ofrecemos, y él -el consejero- que me ayude a enfocar nuestra universidad a los retos que la comunidad autónoma se esté planteando.

-Cuatro años por delante para que la recuerden, ¿cómo?

-No tengo ni idea. Pero quiero que sea un periodo tranquilo, en el que las personas hayan estado trabajando a gusto y en equipo, que se hayan implicado y que haya conseguido una colaboración de toda la comunidad universitaria. Me gustaría que a lo largo de este periodo se note la sensibilidad de la mujer y de la madre.

-Nacida en Galicia, aunque desde hace varios reside en Salamanca ¿qué tiene de esta ciudad?

-De salmantina tengo casi todo. Mi familia entera, mi marido y mis hijos son de aquí. Llevo más de veinte años y la verdad es que me siento tan gallega como salmantina. En Salamanca, que además me encanta, me siento de Salamanca, pero cuándo estoy en Galicia… Es mi tierra, claro.

Ver los comentarios