Campofrío inicia una contrarreloj para redistribuir su producción

El incendio del pasado domingo en la planta que Campofrío tiene en el polígono burgalés de Villafría ha puesto en riesgo el empleo de cerca de un millar de trabajadores directos y unos quinientos indirectos, algo que según informó este lunes la propia compañía se solucionará con un Expediente de Suspensión de Empleo que acabará en 2016 con la apertura de una nueva fábrica en la misma ciudad.

Sin embargo, el problema más inmediato al que se enfrenta la empresa es el de atender el mercado. En este sentido, el director general del grupo, Fernando Valdés, apuntó que el primer reto al que se enfrenta es el de asignar la producción de jamón y pavo cocido entre otras factorías, ya que según las existencias de que disponen podrían perder presencia en el mercado en apenas dos semanas.

Previsibilemente este sector pase a otras factorías del territorio nacional, aunque no se descartaba que asuma su producción alguna de las europeas.

La fábrica burgalesa de Campofrío estaba encargada desde el proceso de embutición hasta el de envasado de casi todos los productos que ofrece la marca, así hasta albergar una capacidad productiva de 100.000 toneladas. Eran cerca de trescientos productos como los diversos tipos de chorizo, salchichas o mortadela que salían de la factoría burgalesa y que ahora tendrán que ser redistribuidos, aunque no con tanta urgencia como los dos anteriormene mecionados.

No se descarta que algunos de los trabajadores de la fábrica incendiada también se desplacen a otras plantas, como ha ocurrido con parte del personal administrativo, que ya trabaja en la fábrica de Carnes Selectas que el grupo tiene en otro polígono burgalés.