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Trabajadores de la empresa cárnica observaban ayer los restos de la fábrica calcinada - ricardo ordóñez

Campofrío abrirá otra planta en Burgos en 2016 con el mismo número de empleos

Los directivos de la compañía intentan evitar la pérdida de cuota de mercado trasladando la producción de la fábrica calcinada a otras factorías

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La multinacional Campofrío se prepara para evitar la pérdida de cuota de mercado. Para vender hay que tener producto y el parón obligado de la planta principal de Burgos, tras el incendio que sigue consumiendo las instalaciones, puede hacer que algunos productos comiencen a escasear en pocas semanas. El director general del Grupo, Fernando Valdés, afirmó que la compañía repartirá la fabricación de los productos que se elaboraban en Burgos hasta que esté construida una nueva a finales de 2016.

De momento, ha comenzado el análisis de la situación del grupo en Europa para determinar el reparto de la fabricación de los trescientos productos que se elaboraban en la planta de Burgos, con una capacidad de producción de unas 60.000 toneladas al año

. El director general del grupo tiene claro que la planta se reconstruirá en Burgos, pero todavía no sabe el lugar, incluso podría ser en la misma parcela que ocupaba. Tampoco se ha determinado todavía el coste, aunque la previsión que se maneja son los 170 millones de euros que se invirtieron en la planta incendiada. Lo que sí se ha determinado es que la nueva fábrica debe tener capacidad para recuperar las 60.000 toneladas de producción.

Sin embargo, lo más urgente es atender al mercado. Valdés aseguró que intentarán que el reparto de la fabricación que se realizaba en la planta principal burgalesa se pueda distribuir en su mayor parte en otras factorías del grupo en España e, incluso, de Europa. En todo caso, lo más apremiante es asignar la producción de jamón y pavo cocido, dos productos que, una vez distribuido el que está almacenado, podrían perder presencia en el mercado en dos semanas. También apuntó la posibilidad de que algunos trabajadores se puedan desplazar a otra planta, como ha ocurrido con parte del personal administrativo, que está trabajando desde ayer en la fábrica de Carnes Selectas que el grupo tiene en otro polígono industrial de Burgos.

El futuro del resto de empleados es algo más complicado. Actualmente se encuentran en situación de «licencia retribuida» en la que la compañía seguirá pagando la mayor parte del salario. De hecho, ayer mismo comenzaron las negociaciones entre el comité de empresa y la dirección.

Mientras, el director general del Grupo Campofrío ratificó su «compromiso» de recuperar cuanto antes el volumen de producción perdido con una nueva planta que estará operativa en 2016. Aunque la idea de la multinacional es recuperar en Burgos la producción de la antigua fábrica, Valdés no concretó si se mantendrá la misma plantilla si bien el objetivo será «aproximarse al empleo actual» con una factoría que será «incluso más competitiva» que la siniestrada, que era «la más emblemática» del grupo.

En esta idea de levantar cuanto antes otra planta, la Junta de Castilla y León trasladó ayer a los representantes de los comités de empresa el «apoyo y compromiso firme e inequívoco para colaborar con la empresa». Esta colaboración se materializará en la creación de una comisión especial en el seno del Gobierno autonómico en la que estarán representadas las consejerías de Agricultura, Economía, Sanidad y Medio Ambiente para dar la máxima celeridad a las licencias necesarias para autorizar las instalaciones. Por lo que se refiere a las inversiones en sí, la consejera de Agricultura, Silvia Clemente, señaló que la empresa podrá tener acceso a las líneas de ayuda regionales , tanto las ya existentes como las que pueda haber de carácter extraordinario.

En cuanto a los trabajadores, el consejero de Economía y Empleo, Tomás Villanueva, aseguró que, una vez que se presente el expediente de suspensión de contratos y que la empresa se siente a negociar, será el momento de poner sobre la mesa las aportaciones que podrán hacer las administraciones para compensar los salarios perdidos. Lo cierto es que el incendio de Campofrío ha provocado una situación de incertidumbre entre los trabajadores de la multinacional, pero su impacto en la ciudad y provincia es mucho mayor.

El presidente de la Confederación de Asociaciones Empresariales de Burgos, Miguel Ángel Benavente, estima que, en total, se verán afectadas unas cuatro mil familias que trabajan para empresas vinculadas a la cárnica. Un ejemplo es la empresa de autobuses que cada día hacía decenas de viajes para trasladar a los trabajadores y que durante muchos meses no tendrá esos ingresos.

También los productores de porcino y las empresas auxiliares se verán afectados. Se estima que el 80% de la carne de porcino utilizada procede de Castilla y León, por lo que el parón de la planta afectará a 1.500 personas que trabajan en las granjas que suministraban la mayor parte de los 7.000 animales que se sacrificaban diariamente para la factoría burgalesa.

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