Desde mi escaño

Pongan un Fernando Toscano en su institución

Este episodio da que pensar sobre cómo está diseñado el sistema actual

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HAY un dicho muy español que reza que toda generalización acarrea injusticias, y, aunque es verdad que en los tiempos que corren resulta bastante sencillo estigmatizar a la clase política, es también verdad que no siempre los servidores públicos se dedican a gastarse el dinero de los ciudadanos en consultas ciudadanas sobre las prospecciones petrolíferas o a llevárselo crudo con las tarjetas negras de Caja Madrid. Aún hay personas ejemplares que no sólo se conforman con lo que ganan por ejercer la labor que le encomienden las urnas, sino que están prestos y dispuestos a devolver hasta lo último de lo que han percibido irregularmente.

Sin embargo, no sé de qué manera está montado el sistema que a veces, aun queriendo ser honrado, hay mecanismos que evitan, precisamente, aceptar el retorno de unas cantidades monetarias.

Sí, parece un chiste macabro, pero eso es lo que le ha pasado a un exconcejal en el municipio grancanario de Firgas, que no le dejan devolver unos 2.000 euros que no le correspondían por ser incompatibles con el sueldo que gana como profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Este buen hombre, llamado Fernando Toscano, ocupó la concejalía de Turismo de este coqueto pueblo de Firgas. Sin embargo, por la ley de incompatibilidades que existe, cuando empezó a ejercer como docente en la Universidad, solicitó no seguir percibiendo una serie de conceptos, entre ellos las pagas extras. Sin embargo, el Ayuntamiento le abonó las mismas, hasta llegar a los 2.000 euros. Consciente del error, el político lo puso en conocimiento del equipo de gobierno y solicitó devolver ese dinero. Pero lo que debía haber sido un trámite sencillo se convirtió en una pesadilla, ya que nadie se quería hacer cargo de la pasta, le decían que no podía devolverlo. Sí, fue tan de locos el capítulo churrigueresco vivido por este exconcejal que hasta pidió que la Audiencia de Cuentas se pronunciara y logró que evacuara un informe a favor, precisamente, de la devolución de esos euros.

Este episodio da que pensar sobre cómo está diseñado el sistema actual y si realmente existe esa vigilancia de la que tanto se presume por parte de las instituciones. Fíjense ustedes en la comparación. Un consistorio pequeño como Firgas rehúsa a que le sean reintegrados 2.000 euros y, en cambio, nadie, ni Gobierno, ni Banco de España ni organismos vigilantes, fueron capaces de ver el auténtico saqueo que se estaba produciendo en Caja de Madrid. Tal vez, con un Fernando Toscano al frente de muchos ámbitos políticos nos habríamos evitado tantos choriceos y mangancias diversas que, encima, no nos han salido gratis a los españoles, ni mucho menos. Lo de la entidad financiera salió por 24.000 millones de euros de vellón. ¡Casi nada al apaRato!

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