La recién nombrada alcaldesa, aún en el salón de plenos. :: J. FERGO
Ciudadanos

García-Pelayo jura su cargo con el reto de «recuperar el orgullo de ser jerezanos»

La alcaldesa hizo un guiño a la plantilla municipal a la que le ofreció «lealtad y confianza»

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Bien arropada por su equipo, aparentemente tranquila y puntual entró María José García-Pelayo en el Ayuntamiento del que apenas una hora después iba a ser proclamada alcaldesa. Algunos concejales populares estaban más nerviosos, otros apenas habían dormido y a la mayoría se les notaba emocionados.

Sin que se produjeran contratiempos, la sesión de investidura transcurrió según lo previsto. Los 27 miembros de la corporación recogieron sus medallas, votaron y María José García-Pelayo resultó elegida con el apoyo de los 15 ediles populares. El concejal de mayor edad, José Galvín, fue el encargado de entregarle el bastón de mando a su compañera de partido sin poder evitar un nudo en la garganta y un fuerte abrazo ante los aplausos de los asistentes.

Las primeras palabras de García-Pelayo como regidora fueron conciliadoras: «Voy a ser la alcaldesa de todos, de los que han votado al PP y de los que no», dijo. En su discurso dejó muy claro que las felicitaciones por los resultados del 22-M ya han quedado atrás: «El éxito electoral ya pasó, ahora hay que trabajar por el éxito de la gestión y eso hay que hacerlo entre todos», continuó en referencia a los grupos de la oposición, entre los que se encontraba con gesto sereno la alcaldesa saliente, Pilar Sánchez.

En la intervención de la edil popular no faltaron palabras como humildad, cercanía, respeto y servicio a la ciudad. «Mi equipo y yo tenemos hoy una mezcla de sentimientos. Es un honor gobernar Jerez pero somos conscientes de la responsabilidad que asumimos», continuó. Entre sus retos está el de «ofrecer otra vida a los que están pasando momentos duros, hacer de Jerez una ciudad mejor y que los jerezanos sientan que puedan ir de la mano de su gobierno».

García-Pelayo no pasó por alto una de las principales dificultades a las que se enfrenta el Consistorio. Así, hizo un guiño a la plantilla municipal a la que le pidió «tranquilidad» sabiendo que «es complicado tener confianza cuando no se cobra la nómina». Elogió la labor de los empleados como «pilar fundamental para que la administración funcione» y les prometió «lealtad» porque «me pueden ver como alcaldesa y como una compañera más».

No se olvidó de los pequeños empresarios, de los desempleados, de los alcaldes pedáneos y de los colectivos sociales. Todo, con el objetivo de «recuperar el orgullo de ser jerezanos». Por eso, «he jurado gobernar con honestidad, trasparencia y austeridad. Voy a decir siempre la verdad y cumpliré lo que prometa», concluyó.

Desde su partido, Antonio Saldaña corroboró esa actitud conciliadora: «Jerez nos ha dado una gran lección, no pertenece a nadie y debemos tener la cabeza puesta en el día que nos vayamos». Sobre la nueva alcaldesa, añadió que «ha demostrado que para ser buen gobernante hay que ser buena persona».

La toma de posesión estuvo de lo más concurrida aunque se notaron especialmente las ausencias de la mayoría de los concejales socialistas que se han quedado fuera de la corporación. Entre las presencias destacaron la de Miguel Arias y Antonio Sanz, por el PP, y Blanca Alcántara y la diputada Mamen Sánchez, por los socialistas. Además, hubo una nutrida representación de la vida política, social y económica de la ciudad.