La alcaldesa, en el momento de salir al encuentro de los concentrados. :: L. V.
Ciudadanos

Un tropezón, abanicos para el calor y protesta de los 'indignados'

La toma de posesión estuvo llena de pequeños detalles que sobrepasaron el protocolo

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Fue la número 20 en ir a recoger su insignia como concejal del Ayuntamiento de Jerez y la mala suerte o quizás los nervios le jugaron una mala pasada. María José Rua tropezó al dirigirse hacia la mesa donde tenía que jurar su cargo pero, afortunadamente, el traspiés se quedó en una anécdota y una sonriente Rua siguió el transcurso de la ceremonia con total normalidad. Hubo otras anécdotas que no fueron fruto del azar, como las palabras de Joaquín del Valle al decir «juro lealtad al pueblo de Jerez y al Rey» en vez de solamente «juro lealtad al Rey» o la proliferación de abanicos por el calor.

También fue motivo de chascarrillo la prisa que pareció demostrar José Galvín casi anticipando la proclamación de su compañera popular como alcaldesa cuando solo tenía que declarar constituida la corporación municipal. En la votación de los concejales para elegir a la alcaldesa también hubo lugar a la anécdota y esperar unos minutos a que certificaran que el número de papeletas cuadraba con los presentes.

En cuanto a los discursos, Pedro Pacheco se dirigió al acalorado auditorio durante unos largos 25 minutos y Lebrero le dedicó una mirada reprobatoria a Pelayo al recordar que «todos los grupos, menos el PP», habían apoyado la creación del Consejo de Ciudad.

Siguiendo con García-Pelayo, su primer gesto como alcaldesa tras abrazar a su compañero Galvín fue el de dar dos besos a cada portavoz de partido: PSOE, IU, Foro y PP.

A la salida del Consistorio

El movimiento 15-M se hizo presente también ayer en la puerta del Consistorio. Tras reclamar la presencia de la nueva alcaldesa y esperarla bajo un sol de justicia, García-Pelayo y su equipo se presentaron ante ellos para atender su reclamación. Finalmente, terminó marchándose sin que ningún portavoz en concreto se dirigiera a ella y ni siquiera le entregaron el manifiesto que previamente habían leído en la concentración.