Grilo reinventa su 'Leyenda personal' con el piano de Dorantes como regalo

Autorretrato en once escenas, por Joaquín Grilo, bailaor, jerezano, del 68. Once estampas para ilustrar su itinerario vital y profesional. Baila solo, aunque con un plantel musical de pata negra. El artista dice que ha querido mostrar «el camino infinito que he recorrido desde mi infancia hasta hoy, un camino que lleva parejo un cúmulo de sensaciones, recuerdos, olores, impulsos, amores e ilusiones que me han hecho ser quién soy y cómo soy». 'Leyenda personal' ya se estrenó aquí, en el Villamarta, en el verano de 2008, pero es un espectáculo «cambiante y evolutivo desde el mismo concepto», y ahora vuelve con Dorantes al piano, igual pero distinto, como Grilo. «La verdadera patria del hombre es la infancia», cita, «y son muchas las imágenes, las sensaciones, las pulsiones que desde niño nos invaden». El artista busca su inspiración en sus recuerdos y ellos le remiten «siempre a una figura, la mujer». Ella representa «la raíz y la rama, la fuente más sabia, el amor más generoso».

Su madre, de alguna forma, está en todas partes. «De niño, efectivamente, ella fue mi patria, ella me enseñó a luchar y me dio fuerzas para no conformarme, para no abatirme ante la injusticia de la pobreza que nos rodeaba». Una miseria que al bailaor siempre le dio fuerzas, que desató en él «todo un torrente de energía, y desde mis inicios me acompaña en mi baile». De mayor, «la mujer sigue siendo el motor que hace brotar en mí la sensibilidad necesaria para seguir adelante, para luchar contra todo aquello que representa la manipulación del artista y de su arte, para recorrer ese viaje de ida y vuelta que nos permite sacar al exterior nuestras pasiones y nuestros sueños más íntegros, más inocentes».

El programa arranca con un 'Autorretrato' introductorio, musicalmente dibujado por Vicente Amigo, sigue con 'Batir de olas', a cargo de Dorantes, soleá por bulerías, bulería, seguirilla, farruca, fandangos, tema, cantiña y jaleo. Grilo plantea «la búsqueda incansable del camino que da sentido a la vida, la búsqueda en la que están implicados el interior de una persona, sus sueños y sus ideales».

Autobiografía y denuncia

Desde ahí, reivindica de nuevo su libertad como creador y denuncia, al tiempo, el sometimiento del artista a la manipulación y a las «injusticias del poder». Es decir, más allá de trazar su propia autobiografía, Grilo defiende una vez más la independencia artística, «la rebeldía frente a la manipulación del poder, a la compra del arte, porque el arte no se puede comprar, pero hay gente que lo manipula. Yo no quiero esa manipulación. A esa gente no le bailo», afirma. «Llevo luchando mucho tiempo contra esos mismos molinos de viento, porque en este mundo hay desaprensivos sin escrúpulos que juega con las ilusiones, con el trabajo y con el sudor de los creadores, sin miramientos».

Con la guitarra de Juan Requena al frente de la mayor parte de las piezas musicales, Grilo cuenta además atrás con sus dos cantaores de cabecera, Carmen Grilo y el lebrijano José Valencia. Para la cita, el bailaor se ayuda de la presencia en escena de la percusión de Paco González, el bajo y la mandolina de José Carmona, y la aportación de Camerata Sur, artistas invitados de la Orquesta Sinfónica de Sevilla, que tocarán contrabajo, chelo, viola y violín.

Los recuerdos del niño y los anhelos del hombre, tomarán la escena de mano de uno de los valores más sólidos del flamenco nacional, que suma y sigue sin freno.