Nueva apertura: La Fábrica de los hermanos Ortega abre en Medina con la carne de cocodrilo como principal reclamo

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La historia de los hermanos Ortega es la historia de toda una vida detrás de la barra. Humberto, José Enrique y Francisco Javier llevan más de 35 años dedicados a la hostelería, una herencia familiar de la que se sienten especialmente orgullosos y que, desde el pasado día 20 de agosto, se exhibe de manera sublime en un nuevo local en pleno corazón del casco histórico de Medina Sidonia, concretamente en la calle San Juan número 8.

José Enrique, Humberto y Francisco Javier son los hermanos Ortega.

Humberto Ortega, conocido en los últimos años por su buena labor al frente de la Venta Andrés, se hizo el pasado año con el local que anteriormente ocupaba un pequeño bar de tapas llamado Hijos de Simón.

Allí siguió con la tradición de poner desayunos y tapas hasta que en enero de este mismo año cerró para llevar a cabo una reforma que cambiaría radicalmente la fisonomía del local.

Un detalle de la barra situada en la planta baja del restaurante.

El antiguo bar de tapas es ahora un moderno restaurante de dos plantas, con un diseño muy actual donde predomina el color blanco respetando, eso sí, algunos elementos originales como los muros que pertenecieron a antiguas viviendas, o el techo de madera a dos aguas, donde los agricultores almacenaban zahína para hacer trueques de estraperlo. Una bonita mezcla entre pasado y presente a la que no le hace falta más ornamentación porque sus paredes cuentan su propia historia.

El salón conserva elementos originales como los muros de antiguas viviendas.

En la planta baja se ubica la barra y algunas mesas altas donde se pueden pedir algunos de sus originales platos en formato tapa. En la planta de arriba, además de un luminoso salón con balcones a la calle, cabe destacar una pequeña sala de lectura para tomar el té, un café o una copa en un ambiente relajado mientras se puede leer un libro de su biblioteca.

Cuenta con una pequeña biblioteca para leer en un ambiente relajado.

Su cocina se sale totalmente de lo convencional, aunque hay platos que se basan en el recetario tradicional pero se presentan de una manera renovada. En La Fábrica se pueden degustar platos internacionales que van desde comida mejicana, hasta un kebab de chicharrón y queso Pajarete, pasando por cous cous marroquí, empanada argentina, ceviche de langostinos o las que a Humberto le gusta llamar “las carnes del mundo” como son el cocodrilo, la cebra y el avestruz que, a día de hoy, son el principal reclamo de este nuevo restaurante. Cabe destaca que estas carnes no se reflejan en la carta sino que se ofrecen como sugerencias.

Kebab de chicharrón y queso pajarete, un plato con una espectacular presentación.

Entre las recetas tradicionales encontramos guiso de rabo de toro que se puede servir en diferentes presentaciones como un timbal con queso Payoyo o en el interior de un ravioli “destructurado”.

Ravioli “destructurado” de rabo de toro, la reinvención de una receta tradicional.

También tienen ensaladilla de erizo y uno de los platos más sorprendentes en boca es la ortiguilla de monte, que es realmente una yema de huevo semicocida, envuelta en alga marina, todo frito en tempura. De este modo cuando el cliente la muerde, la yema explota en la boca causando una sensación que no deja indiferente a nadie por la mezcla de texturas y sabores. Todo un espectáculo culinario que hace que, más que una comida, la visita a La Fábrica sea una experiencia gastronómica donde cada plato ofrece algo especial.

Ensaladilla de erizo con polvo de oro, una de las tapas más sorprendentes.

En La Fábrica de los Hermanos Ortega hasta las ensaladas son muy originales. Está la ensalada de tomates rosas con plancton y ventresca de atún rojo en su aliño, la ensalada de moras, queso de cabra y panceta crujiente y la de pato confitado desmenuzado con frutos silvestres y helado de lentisco y piñones elaborado por Carlos Sancho, maestro heladero artesanal que regenta la heladería Per Piaccere en la avenida principal de Cádiz, frente a la Iglesia de San José. Decir que el pan pertenece a la panadería artesanal Paquirri, la más antigua de Medina Sidonia.

Ceviche de langostino cocido zumo de lima, hierbabuena, hinojo y albahaca.

Pero Humberto es consciente de que la carne de cocodrilo es lo más llamativo de su restaurante y una de las razones principales por la que muchos curiosos lo visitarán a partir de ahora ya que es el único establecimiento de la provincia de Cádiz donde se puede probar esta carne.

Francisco Ortega rematando un plato de ravioli de rabo de toro.

En La Fábrica se puede degustar el solomillo de cabeza y el solomillo de cola de cocodrilo. Se trata de una carne blanca cuyo aspecto se asemeja a las rodajas de cazón y su textura es suave y gelatinosa. Se presenta a la brasa, vuelta y vuelta, acompañado de verduras y una pequeña patata asada.

Solomillo de cabeza de cocodrilo a la brasa, el principal reclamo del restaurante.

De la cebra se sirve el lomo bajo en filete o bistec de unos 350 gramos. Lo mejor es comerla al punto o poco hecha para que se quede blanda y jugosa. El solomillo de avestruz se sirve a modo de tiraditos, como un tataki, sellado por los bordes a la brasa pero semicrudo por dentro. Humberto asegura que estas carnes están teniendo muy buena aceptación entre el público. “Todo es cuestión de probarlo” señala el hostelero.

El equipo de cocina de La Fábrica de los hermanos Ortega junto al horno con brasas donde asan las carnes.

Los postres tampoco se quedan atrás ya que también aportan un toque de creatividad con un brownie de chocolate caliente con sorbete de naranja sanguina, coulant de té matcha con helado de almendras y aceite de telgan, y arroz con leche con granizado de mango y algodón de azúcar.

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