El cardenal Cañizares, en una imagen de archivo
El cardenal Cañizares, en una imagen de archivo - ROBER SOLSONA
Religión

El cardenal Cañizares responde a la polémica: «Ni soy homófobo, ni xenófobo, ni sexista»

El arzobispo de Valencia retira las palabras de su homilía, «como no dichas», que hayan podido «herir o molestar a algunos»

VALENCIA Actualizado: Guardar
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El cardenal Antonio Cañizares ha respondido a la polémica generada en torno a sus afirmaciones de las últimas semanas y que han causado gran revuelo político. «Tratan de imponernos ideología de género con legislaciones inicuas, que no hay que obedecer» o la crítica a la «importante escalada contra la familia por parte de dirigentes políticos, ayudados por otros poderes como el 'imperio gay' y ciertas ideologías feministas» fueron dos de ellas.

A través de una carta dirigida a toda la diócesis, el arzobispo de Valencia asegura que no es «ni homófobo, ni xenófobo, ni sexista» y se refiere al debate en el pleno de las Cortes celebrado la semana pasada en el que los grupos parlamentarios censuraron sus palabras para lamentar que se faltara al «derecho fundamental de libertad religiosa».

«Sin tener en cuenta el principio de una sana laicidad en una democracia plural, se me sometió a un juicio, sin haberme escuchado y sin defensa por mi parte y se me condenó además, llevados de prejuicios y de lecturas sesgadas sacadas de algunos medios de comunicación social y de sus interpretaciones», señala.

En su opinión, la Cámara autonómica se convirtió «en un tribunal popular, de tan malos recuerdos históricos» en el que «se fomentó el odio» contra él. Y se dirige directamente al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y al síndic de Compromís, Fran Ferri, para recriminarles unos «juicios» sobre su persona «verdaderamente infamantes, falsos y calumniosos que incitaban al odio y arrancaban el aplauso de sus compañeros de ideología que ratificaron aplaudiendo la ignominia que estaba acaeciendo en su presencia».

Cañizares lamenta, en este sentido, que él «no es ése que dibujaron allí». «Se me insultó gravemente, se me acusó -dando lecciones de cristianismo, ¡qué paradoja!- de que no soy nada cristiano; se contrapuso el Papa a mi persona, -lo cual, como podéis suponer, me dolió en el alma- en una ignorancia total de mi relación que tengo como Obispo con el Papa y, además, como amigo del Papa que soy; se utilizó y se manipuló al Papa contra mí para desprestigiarme», relata.

«¿Les estorbo?»

El arzobispo de Valencia expresa que le dolió «particularmente» las acusaciones referidas a la incitación al odio contra el colectivo de homosexuales y lesbianas. «¡Cuántas veces he de repetir el respeto que les tengo a estas personas y mi tristeza porque en ocasiones no se les trata como se debe!», remarca. Quienes actuaron así en las Cortes, recuerda, también lo hicieron por sus palabras sobre los refugiados hace unos meses. «¿Casualidad, pura coincidencia, o plan y estrategia preestablecidos? ¿Les estorbo, les soy molesto y quieren acabar conmigo? Ni soy homófobo, ni xenófobo, ni sexista: ¡Dios me libre! Acepto a todos y no excluyo a nadie porque creo firmemente en el Señor», comenta.

«Les pido a los políticos que dejen de acosar a la Iglesia, a personas e instituciones de Iglesia, y que actúen respetando la libertad religiosa, base de una democracia»
Antonio Cañizares

También hace referencia a su trayectoria y considera que quien piense lo contrario no lo conoce «de verdad». «No excluyo a nadie sea del color que sea, de la religión que profese, de su manera de pensar que respeto, y de la condición que sea. Para mí todos son hijos de Dios, queridos por Dios, hermanos, y así lo predico constantemente: la tolerancia, mejor aún la caridad, me lleva al respeto a todos y a la no exclusión de nadie, y si alguna vez no actuase así estoy convencido que estaría pecando; no es este mi caso», apunta.

Aun así, retira aquellas palabras de su homilía, «como no dichas, que hayan podido herir o molestar a algunos» y afirma que únicamente le importa «el juicio de Dios, no el de los hombres». Añade que perdona «muy sinceramente» a quienes le han ofendido «de esa manera» y espera de los políticos «reciprocidad y que rectifiquen», además de pedirles que «dejen de acosar a la Iglesia, a personas e instituciones de Iglesia, y que actúen respetando la libertad religiosa, base de una democracia».

«Os digo, de verdad, con todo mi corazón, que doy por zanjado este asunto», concluye, para pedir a los diocesanos que recen por él: «Os necesito a vosotros para luchar y soportar las pruebas con fortaleza y renovado vigor, necesito vuestra ayuda, vuestro apoyo, y sobre todo, vuestra oración».

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