La Justicia ratifica el castellano en la escuela de Canet

El TSJC confirma las medidas cautelares y mantiene la defensa del modelo de conjución lingüística

La familia de Canet que pidió más castellano reclama protección al TSJC ante la campaña de acoso

Exterior de la escuela de Canet de Mar INÉS BAUCELLS

Àlex Gubern y Elena Burés

La escuela Turó del Drac de Canet de Mar (Barcelona), símbolo tanto de la lucha de quienes defienden un sistema de bilingüismo en la escuela catalana como de quienes defienden la inmersión a ultranza, seguirá impartiendo un mínimo del 25% de sus clases en castellano. El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha hecho público el fallo con el que desestima el recurso de un grupo de padres que, en respuesta a la medida anterior que garantizaba la presencia de las castellano en el centro, habían reclamado su suspensión cautelar para poder seguir con la escolarización exclusivamente en catalán.

El recurso de estos padres se produjo después de que el TSJC atendiese la demanda de la familia de un menor escolarizado en la clase de 4 años de Infantil, para que su hijo recibiese al menos el 25% de las clases en castellano. La respuesta positiva a la petición de estos padres se produjo de forma casi simultánea a la ratificación por parte del Tribunal Supremo de una anterior sentencia, también del TSJC, que, como elemento clave y diferencial, extendía el 25% de castellano a todo el sistema educativo catalán.

Batalla individual

Hasta ese momento, conseguir esa proporción de castellano en el aula era una batalla individual de cada familia que, tras la negativa de los centros en primera instancia, y del silencio administrativo de los servicios territoriales de Educación en segunda, tenía que emprender el camino judicial, bien por su cuenta, bien asesorados de forma habitual por entidades como la Asamblea por una Escuela Bilingüe (AEB) . Una cincuentena de familias, como la de Canet, habían visto reconocido este derecho –que afectaba a sus hijos, pero también al resto del aula en la que estaban escolarizados–. Ahora, tras la ratificación del Tribunal Supremo en noviembre, y la orden de ejecución forzosa del 4 de mayo, se extiende la medida a todo el sistema, algo contra lo que la Generalitat está maniobrando para burlar la medida, lo que ha provocado a su vez una fuerte bronca política.

La coincidencia del fallo de Canet favorable a la reclamación particular de la familia con la que afectaba a todo el sistema educativo catalán ­–unos 4.500 centros en total– hizo que la Generalitat y las entidades proinmersión saliesen en tromba a cuestionar ambas medidas, convirtiendo el Turó del Drac en un símbolo. El acoso en las redes sociales que sufrió la familia del centro barcelonés acabó de envenenar aún más el caso. Se convocaron concentraciones delante de la escuela y el centro de Canet fue, de alguna forma, la bandera tras la que se manifestaron en múltiples convocatorias los defensores del monolingüismo .

De forma simultánea, los padres contrarios a la medida judicial citada presentaron recurso en contra, que ha sido desestimado por el TSJC. En su recurso, los padres partidarios del monolingüismo alegaban que en Cataluña «no se ha llegado a una normalización lingüística plena» y que la escuela «actúa como único motor en este sentido». También consideraban que «el sistema monolingüe es más efectivo para asegurar el conocimiento de las dos lenguas oficiales», asegurando además que la imposición de ese 25% suponía «una injerencia injustificada y desproporcionada en la vida familiar y en el derecho a la educación».

Replicando a la argumentación de los padres para pedir la no aplicación de la medida del 25%, el TSJC asegura ahora que la jurisprudencia «ha descartado que concurra en los alumnos un derecho subjetivo, de forma que no se puede deducir que la aplicación del sistema de conjunción lingüística comporte una lesión eventualmente irreparable de un supuesto derecho de los alumnos a una enseñanza monolingüe vehicular».

«Agitar banderas»

En su momento, y como consecuencia del acoso, la familia hizo pública una nota en la que pedía respeto por su decisión. Acusaba al Govern, literalmente, de «agitar las banderas, convocar manifestaciones de protesta y señalarnos como culpables de querer acabar con el catalán». « Somos la familia de Canet de Mar de la que se ha estado hablando durante la semana pasada por haber solicitado, como tantas otras familias catalanas, la educación bilingüe en castellano y en catalán. No es nuestro interés irrumpir en la escena pública. Por ello pedimos que se respete nuestra voluntad de no convertirnos en un elemento mediático», explicaron.

Con el ‘procés’ independentista en fase terminal , la defensa de la inmersión se ha convertido, en la práctica, en el único elemento aglutinador del nacionalismo catalán. Las derivadas políticas son claras, pero al menos en la escuela de Canet, el derecho al bilingüismo sigue garantizado.

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