Poder Queremos

Dentro de las formaciones políticas que se presentan a las próximas elecciones generales en el apartado de «emergentes» destaca por la izquierda Podemos. Lo cierto es que en Castilla y León el fenómeno que comenzó siendo una moda nacida de las protestas del 15M anti sistema y con calculada presencia en televisiones nacionales, guarda tras su amable rostro libertario social la inquina de élites intelectuales de la falsa progresía española. Sus más que probados lazos internacionales con regímenes de dudoso respeto a la democracia parlamentaria, una economía de libre mercado, así como el viejo axioma de comunismo totalitario va quedando al descubierto a cada mes, a cada semana, a cada día y en cada declaración. Lo último, la negación, curiosamente con Izquierda Unida, su prima hermana, a firmar el pacto antiterrorista.

Por fortuna, en Castilla y León esta fuerza troqueladora efímera no cuenta con gran predicamento social, salvo en puntos muy determinados de capitales provinciales donde radican grandes empresas, esto es, colectivos de trabajadores con fuerte vinculación sindical, así como universidades, esto es, profesorado amante de viejas utopías, probadas como corrientes filosóficas, económicas en países que se empobrecieron y perdieron libertades al aplicarse tales pensamientos.

En definitiva, son los mismos cancerberos de siempre con distinto collar. A buen seguro obtendrán sus representantes en el Congreso y en el Senado, conformando lo que será la cuarta fuerza estatal desbancando a la Izquierda Unida más desunida que se recuerde.

Si en las Cortes de Castilla y León su presencia marcó el fin de ciclo de IU como abanderado único de la ultraizquierda, en Madrid este espacio político traducido en escaños, sucederá también. La gran diferencia es que en nuestra Comunidad no cuentan, salvo en lo protocolario, para las grandes decisiones, pero a nivel nacional nunca se sabe si harán «pinza» con el PSOE. De momento, gana la moderación, esto es el socialismo con sentido de Estado.