«Colibrí» galopa por las calles de Yuncos el pasado 30 de enero
«Colibrí» galopa por las calles de Yuncos el pasado 30 de enero - ASOCIACIÓN

Enamorados del toro enmaromado

El orgullo de Yuncos es un festejo taurino único en Castilla-La Mancha. La asociación que lo organiza tiene 560 socios, muchos de ellos niños

Toledo Actualizado: Guardar
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El fin de semana de después de Reyes, la asociación Toro Enmaromado de Yuncos convocó a todos sus vecinos para presentar su fichaje estrella: «Colibrí». Lo hizo de la misma manera que Florentino Pérez llenó en su día el estadio del Bernabéu para exhibir a Cristiano Ronaldo. Solo que «Colibrí» no es un futbolista, sino un toro de más de 500 kilos que tres semanas después, el sábado 30 de enero, se soltó enmaromado con dos cuerdas por las calles de este pueblo toledano en un festejo único en Castilla-La Mancha.

El toro enmaromado de Yuncos es una historia de amor de casi 40 años. Solo que no siempre se llamó así (antes se conocía como el «toro del aguardiente»), ni mucho menos se corría por san Blas.

Desde 1978 se ha celebrado de forma ininterrumpida cada septiembre, pero era uno más de los festejos con motivo de las fiestas en honor de la Virgen del Consuelo. «Antes, por ejemplo, se compraban seis o siete toros y se decía: ‘Pues este se deja para la cuerda’. Nosotros quisimos darle la importancia que merece. Estábamos convencidos de que si lo promocionábamos, atraeríamos a mucha más gente, como así ha sido», cuenta Roberto Ramos, presidente de la asociación.

San Blas es especial

Se constituyeron en marzo de 2014 y lo primero que decidieron es que desde 2015 el toro enmaromado se celebraría por san Blas. Algo que en Yuncos solo había ocurrido dos veces de forma excepcional. Aunque en septiembre hay dos encierros de este tipo, celebrarlo en san Blas es darle un significado especial y, como tal, se organiza una serie de actividades que van camino de convertirse en un ritual.

Primero se elige el toro. Luego se proyecta un vídeo presentándolo a los vecinos. Después se organiza una excursión al campo: este año 80 personas se desplazaron hasta la ganadería Jara del Retamar, en la provincia de Cáceres. El día de su suelta por las calles, los niños organizan su particular encierro (el «chocolaterito) y los bares cocinan sus mejores tapas.

La asociación intenta convertir el toro enmaromado en un espectáculo de masas y para ello todos los detalles se deben cuidar. El cajón desde el que sale el astado se ubica en la calle Real, al lado de la antigua carretera N-401. Un emplazamiento privilegiado desde el que el 30 de enero «2.000 ó 3.000 personas» pudieron ver los primeros 300 metros de carrera de «Colibrí». Además, se instalaron cinco cámaras en distintos puntos del recorrido, había 43 fotógrafos acreditados y algunos corredores se adhirieron una «GoPro» a la cabeza con la que grabaron de cerca al cornúpeta. Después de editarse, los vídeos, colgados en las redes sociales, son una excelente plataforma para «vender» este festejo.

El toro es el protagonista

Pero, en definitiva, el protagonista es solo uno: el toro. El rey de la manada. El que hace que miles de personas peregrinen a Yuncos un sábado de enero por la tarde para sentir emociones que ningún otro espectáculo les da. Por eso si antes, cuando solo se celebraba en septiembre, se aprovechaba el porte para transportar al toro enmaromado con otros animales, ahora su traslado es exclusivo. Y si antes se le ponía una cadena con dos anillas en la testuz, ahora se le pone un lazo y las dos cuerdas van atadas a 30 ó 40 centímetros de la cabeza. Y actualmente, una semana antes de que pise el asfalto, al toro se le unta resina en las pezuñas para que vaya más protegido.

El 5% de la población

Este peculiar festejo es también la manera en que Yuncos se proyecta al resto del país. La asociación forma parte de la Federación Española del Toro de Cuerda, que agrupa a una veintena de municipios. La federación celebra un congreso anual y Yuncos ya ha acudido a los de Benavente (Zamora) en 2014 y Lodosa (Navarra) en 2015. Este año el congreso se celebra en Arroyo del Ojanco (Jaén) entre el 15 y el 17 de abril, y la de Yuncos es una de las ocho asociaciones invitadas a hacer una exhibición y mostrar al resto cómo enmaroman al toro. Repetirán así la experiencia de Lodosa, donde el pasado 6 de septiembre los de Yuncos fueron portada del periódico «Diario de Navarra».

El toro enmaromado es el orgullo de Yuncos. Tanto es así que la asociación cuenta con 560 socios (un cinco por ciento de la población), muchos de ellos niños, que se reúnen en una sede cedida por el Ayuntamiento y decorada como si fuese un museo taurino. Su presidente explica que es un festejo en el que los vecinos «se sienten muy participativos. Hay gente que no tiene condiciones físicas para ir delante o detrás del toro, pero se colocan en un punto para verlo pasar, o le ven desde la puerta de su casa. Eso es muy bonito y es por lo que tiene tanto atractivo». Y añade lo que también podría ser un lema: «En Yuncos tenemos un sentimiento, no dormimos pensando en el toro».

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