Errejón e Iglesias se abrazan en el debate de investidura de Sánchez en marzo del año pasado año
Errejón e Iglesias se abrazan en el debate de investidura de Sánchez en marzo del año pasado año - ÁNGEL DE ANTONIO

El triunfo de Sánchez abre la puerta a un acercamiento a la «vía pactista» de Errejón

El líder socialista ve más factible la convergencia con las tesis del exportavoz

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Si hay dos dirigentes políticos en España que se conocen bien son Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. En el último cónclave de Podemos, el llamado Vistalegre II, la estrategia de mano tendida a los socialistas, que lideraba Íñigo Errejón, para conformar un Gobierno radical perdió claramente frente a la «mano dura» de Iglesias, defensor de arrebatar la hegemonía al partido que fundara el otro Pablo Iglesias. Precisamente la vía más pactista del exportavoz parlamentario fue una de las claves del distanciamiento entre los antiguos amigos y fundadores del partido populista, cuya relación no ha vuelto a recomponerse. En el equipo del secretario general electo el nombre de Errejón ha vuelto a cobrar importancia estos últimos días como alternativa al previsible choque con la estrategia de Iglesias que, desde la extrema izquierda, quiere capitalizar la oposición al Gobierno de Mariano Rajoycon golpes de efecto y concentraciones en la calle

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Los primeros pasos de Iglesias ya invitan a pensar en ello; primero registró una moción de censura días antes de las primarias, como jugada maestra para marcar los tiempos al PSOE, para luego desafiar al nuevo jefe de Ferraz ofreciéndole su retirada a cambio de que Sánchez, a escasas horas de haber resucitado políticamente, registre otra en el Congreso. Los primeros comentarios entre los vencedores de las primarias abundan en la idea de que Iglesias «va a seguir jugando» con Sánchez, reeditando las tensas negociaciones de la investidura fallida del socialista en 2016 que cristalizaron en la humillación en enero de ese mismo año cuando la plana mayor de Podemos exigió en una rueda de prensa multitudinaria ocupar los puestos más sensibles del Estado a cambio de abstenerse para que Sánchez fuera elegido jefe del Gobierno.

La vuelta de Sánchez a Ferraz, además, ha generado de nuevo un fuerte debate interno en Podemos. Este partido había rentabilizado, desde la extrema izquierda, la línea moderada de la gestora socialista, que abrió la puerta a la abstención en la investidura de Rajoy. Para Iglesias y el sector anticapitalista, el distanciamiento con el PSOE permitía a Podemos liderar la hostilidad frente al PP. Con el retorno de Sánchez y su discurso claramente de izquierdas el fantasma de la convergencia con el PSOE ha resucitado en las filas podemitas.

Debate en Podemos

Una de las brechas más importantes entre Sánchez e Iglesias se abrió precisamente con la negativa de este a abstenerse en la investidura fallida a la que se presentó el reelegido secretario general. Entonces, solamente Errejón y sus afines, claramente en minoría, defendieron la necesidad de permitir que el líder socialista desalojara a Rajoy del poder. Por eso, en el núcleo duro de Sánchez, según ha podido saber ABC, no se descarta un acercamiento político al exportavoz parlamentario si el entendimiento con Iglesias se hace imposible. Esas mismas fuentes reconocen que ese movimiento, al que oficialmente se niega Errejón cada vez que se le pregunta, reabriría viejas heridas en la formación morada, algunos de cuyos dirigentes no entendieron la negativa a franquear el paso a Sánchez en la investidura que previamente había pactado con Ciudadanos.

El cambio de estrategia del PSOE resucita los fantasmas en Podemos sobre si debe pactar o confrontar

Lo que ha dejado claro Sánchez en las reuniones internas es que «aunque es consciente de que la vía posibilista de Errejón desbloquearía un frente de izquierdas, por el momento va a respetar el liderazgo de Iglesias, pese a que no le perdona que por su culpa no haya llegado a la Presidencia del Gobierno», según apuntan esas fuentes.

Oltra, la intermediaria

Como ocurrió durante el bloqueo político de 2016, las llamadas «fuerzas del cambio» han seguido manteniendo reuniones discretas con el objetivo de allanar el camino para un futuro vuelco en el Congreso, al que tendrían que concurrir también los independentistas de la antigua Convergencia y ERC. Una de las personas clave en ese tactismo entre Podemos y el PSOE, además de Errejón, es Mónica Oltra, la vicepresidenta de la Comunidad Valenciana y dirigente de Compromís, una amiga de Sánchez e Iglesias que sigue trabajando por el deshielo en sus relaciones. Si no fructifican estas gestiones, el plan B de Sánchez pasa por Íñigo Errejón.

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